ALVARO SAVIL

  • Durante 5 años se ha dedicado a la educación, principalmente en el nivel básico, primaria y secundaria en el sector público y privado del estado de Morelos.

 

  • Sus hobbies incluyen la lectura, escritura, escuchar música, podscast y cocinar comida vegana.

DIÁLOGOS DE LA COTIDIANIDAD EN EDUCACIÓN BÁSICA

El fenómeno de la educación mexicana hasta hace un par de años no representaba por sí mismo un tema nuevo históricamente, siendo que a través de la temporalidad solo se habían manifestado modificaciones singulares para delimitar una idea o concepto en las formas de enseñanza y, se hizo pensando en la habitual relación presencial de educadores y educandos mediante un diálogo directo cara a cara, meramente relacional. Sin embargo, la pandemia y el confinamiento, la urgencia y emergencia por improvisar y buscar soluciones temporales, removieron de un día a otro de las instituciones físicas los formatos tradicionales de enseñar, aprender y evaluar, los conceptos, los hábitos, rutinas y patrones de pensamiento pedagógico naturalizados en la cotidianidad para pasar de una docencia presencial a otra sin siquiera contar con el tiempo de adaptación. Pero, no es la adaptación que esperábamos, no así con cambios obligados, absolutamente radicales entre contextos desiguales, siendo así el caso de aquellos sectores de la población que no cuentan con el acceso a una computadora, a un dispositivo adecuado o a la conectividad para la recepción de contenidos e interacción entre alumnos y docentes.  En todo caso, hablamos de una interacción asociada a la creatividad docente y a la misma organización social para acercar los contenidos a una desigualdad apremiante que, de manera ilustrativa, podemos hacer eco sobre aquellos silencios de la cotidianidad para comprender el valor constitutivo de acceso tecnológico condicionado por el nivel de ingresos y ocupación de los padres, actividad económica, localización geográfica, nivel de estudios, sexo y edad de los tutores.

Todos estos anunciamientos nos obligan a entender la relación que se da entre uno y otro, especialmente porque generan cambios sustanciales en el cómo, cuándo y dónde aprenden los estudiantes. De tal modo que, no miremos solo la necedad de nuestro imaginario, necesitamos visualizar completamente todas aquellas voces que por natura circundan, que se interrelacionan y se complementan entre sí; que caso tendría la sutileza discursiva de no dejar a nadie atrás si, en el ejercicio de la vida misma, les arrebatamos la voz. Entonces, ahora, podemos decir que esta emergencia con todos los cambios y manifestaciones que ello implica, requieren no ser minimizadas en sus expresiones actuales, necesitamos imperativamente fijar nuevas metas, apostar por la conectividad y el acceso internacional a internet, pasar del discurso del derecho de la educación en tiempos digitales a una realidad centrada en la persona, en su contexto, sin delegar la atención de este último al ejercicio de unos cuantos.

Así mismo, necesario resulta no olvidar los detalles del proceso, estando atentos a los movimientos realizados en el ámbito educativo, observar cada trazo y trayectoria desde varios puntos del espacio, disrumpir los reduccionismos para desenredar la maraña, lo complejo de este ejercicio mezclado entre pedagogías, evaluación y acreditación, instituciones, docentes, autoridades educativas, decisiones lineales, padres y tutores, tipos de comunicación, salud mental-emocional, tecnologías y toda una serie de ensayos que hicieron más compleja esta modalidad no áulica.

Todas estas manifestaciones han adquirido importancia y muestras de preocupación desde distintas diciplinas como objeto de estudio, pero, debemos no solo estudiarlas sino también tratarlas, no podemos perder de vista el desarrollo desigual de esta modalidad quien en su proceso ha expresado detalladamente todas aquellas condicionantes históricas de las que es difícil desprenderse. En un intento por desprendernos de estas condicionantes, habremos de entender que la sustantividad cambiante de los sistemas tecnológico, económico y político deberían en un arranque de utopía, muy particular, asegurar el movimiento adecuado de la educación y sus actores para comprender el alcance, funcionalidad y retos que la enseñanza en línea demanda para promover ofertas educativas con equidad. Entendiendo que, sin este requisito cualquier intento de introducción tecnológica por sí misma no solucionará los problemas educativos actuales, pues, cuando le atribuimos maravillas o capacidades que no son propias y que la misma desigualdad social no puede concebir, se convierte más que en un discurso recurrente, en un obstáculo para la inclusión, la permanencia y el aprendizaje.

Por lo anterior, es necesario pensar en cómo reorientar esta tendencia educativa hacia el futuro, para construir un modelo educativo con tal identidad que represente la credibilidad para el servicio ofertado, no así, como un remedio temporal, sino como una realidad que es necesaria para acortar las distancias, las formas y los modos en cualquier espacio. Por tal motivo, si el escenario actual no nos parece el deseado, habrá que tener además de visión a largo plazo, memoria de buen alcance para recordar con argumentos lo ocurrido con aquellos problemas enfrentados durante este proceso y, que sospechosamente, podrían quedar sin solución. Entonces, la cobertura, la brecha de desigualdad tecnológica, la promoción equitativa, el autodidactismo, las diferencias económicas, el desarrollo cultural y material de la sociedad, todos esos factores que nos fueron condicionando, limitando posibilidades y aumentando incertidumbres, terminan reflejando la urgencia de ser tratadas a partir de distintos ángulos y enfoques que, por su diversidad y complejidad, no hay lugar para reducirla a una sola metodología o racionalidad, mucho menos a un solo actor de la educación, habrá que ampliar la perspectiva y las indagatorias con planteamientos a largo plazo para reorientar nuestra ruta y lugar de llegada, misma que esperamos no sea amparada en realidades ficticias, en intereses económicos o políticos que terminen afectando la vida educativa de las personas, del derecho mismo a la educación.

 

 

POR CUÁL MÉXICO VAN

Ante la inauguración de elecciones competitivas para los comicios más grandes en la historia de México, no es accidental que surjan coaliciones de partidos izquierdistas o de derecha, inclusive que, de esta dualidad política surjan alianzas poco comunes. Es de menor importancia si en el pasado la ideología etiquetada por colores se presentaba con más diferencias que similitudes. Hoy, todo parece indicar que el fin es común y está debidamente justificado. Motivo por el que se creó la coalición electoral mexicana “Va por México”, conformada por el PAN, el PRI y el PRD[i]. “La coalición es porque nuestra patria está en riesgo y México es una democracia, no una dictadura, afirmó el presidente del Partido Acción nacional, Marko Cortés Mendoza. En consecuencia, a más de uno le vendría bien tener claro de qué México y cuál patria es la que se menciona para poder hablar de una democracia. Si de aquel prestigiado voto para subir a los curules beneficiando a un puñado de personas, o, de un México profundo y diverso que no han querido ver durante décadas.

Desde luego que, el objetivo opositor es claro: lograr una nueva mayoría en la cámara de diputados, para generar alternativas y detener el retroceso que sufre el país, así lo daba a conocer el contador y político mexicano Cortés Mendoza en su cuenta oficial de Twitter el 22 de diciembre de 2020.[ii] Por el contrario, el escritor de política Miguel Martínez Ríos, expone que uno de los objetivos dejados a la interpretación pública, recae en el intento de entorpecer la agenda gubernamental de la federación, la agenda legislativa oficialista y crearse condiciones más favorables para impulsar las propias, las de la alianza multicolor y poder incidir eficazmente en el presupuesto de egresos que propicie al menos un fenómeno de gobierno dividido que reste poder a la figura presidencial[iii]. En particular a las problemáticas actuales de un país tan complejo y lleno de múltiples realidades, no basta con crear coaliciones opositoras a las políticas implementadas por el gobierno actual, se trata de abandonar las ideas simplistas y reduccionistas de las costumbres de antaño para apostar por la integración de la diversidad del país, responsabilizándose de los problemas generados en sexenios pasados.  

Si bien la guerra electoral está declarada mediante la coalición “Va por México”, ésta aún no ha comenzado totalmente, será cuestión de tiempo para esperar el desenlace entrañable de sus verdaderas intenciones al poder. Mientras llega ese momento, lo novedoso de esta oferta electoral no es la participación del PAN y el PRD, pues ya habrían ido juntos contra el PRI en las elecciones del 2018 para evitar que el Partido Revolucionario Institucional repitiera la gobernatura; y a inicios del sexenio de Enrique Peña Nieto, sin tomar en cuenta a la militancia, se habrían unido en una negociación los líderes nacionales del PRI, PAN y PRD para firmar el “Pacto por México”[iv], las llamadas reformas estructurales en materia energética, de telecomunicaciones, hacendaria, laboral y educativa que no podían salir adelante sin un acuerdo respaldado por una amplia mayoría. Lo verdaderamente novedoso es la participación del PRI en una coalición conformada por dos de sus adversarios electorales históricamente; ahora van coaligados con candidaturas en común dejando casi en el olvido las diferencias y señalamientos del pasado, ya que solos no podrían competir de “tú a tú” con MORENA. Ante tal escenario, hasta cierto punto ridículo es pensar que la sociedad mexicana necesitaba de más coaliciones para participar “libremente”, ¿lo necesitaban los líderes políticos, o, lo necesitaba el pueblo?

En efecto, habrá que cuestionar si los mexicanos necesitaban una coalición entre izquierdas y derechas como medio representativo para una democracia en decadencia de hace ya un par de décadas, o, si estas coaliciones respondían a una crisis partidaria ligada a la voluntad y el interés de las cúpulas políticas en juego para evitar ser minoría en la cámara de diputados, senadurías o gobernaturas. Es inevitable pensar en una verdadera democracia cuando se ha entrado en una crisis de representatividad, de legitimidad en el sistema político.

Está de más señalar que la calentura electoral y la dinámica turbulenta de viejas costumbres mezclada con la historia y trayectoria de tres partidos tan distintos entre sí, originan una revoltura ideológica para el electorado, especialmente de aquellos que se muestran indecisos. Son tantas las alianzas y motivos girando en torno de cada contienda que van revelando a su paso el deterioro y la pérdida de seriedad y prestigio de la actividad política. En un escenario donde se juegan los puntajes más altos o la popularidad con el camaleónico parecer de los candidatos, terminan por poner sobre el puntero el mal gusto y la tartamudez mental donde ni los de la izquierda se salvan de los vínculos entre la corrupción y la política.

Por consiguiente, en la medida que este proceso se convierte en sinónimo de acto delictivo por la proliferación de tantos candidatos que abundan por todos lados, donde algunos resultan ser la excepción, la interpretación que se deja al paso que avanzan las alianzas electorales, se van destapando intereses y gestiones dudosas que rebasan los límites de la prudencia, el buen gusto y la inteligencia colectiva. Dicho de manera decente, está claro. Cualquier interés por muy pícaro que resulte a la ciudadanía, puede entrañar los motivos y coincidencias más dudosas. Ahora, son todos sospechosos de sus verdaderas intenciones, no hay claridad en el ejercicio cívico o democrático que con certeza el electorado logre identificarse.

Es inevitable pensar que aún quedan lagunas bajo la sombra inmanejable del poder que, con total honestidad y el conocimiento que nos caracteriza, habremos de cuestionarnos más allá de nuestras ideologías, ¿Le alcanzará a “Va por México” la credibilidad histórica de tres partidos políticos tan distintos entre sí para transmitir coherencia y conectividad con la sociedad mexicana?

[i] Diarioportal.com/con valor y con verdad ¿le alcanzará a Va por México?

[ii] www.pan.org.mx

[iii] Lapoliticaonline.com.mx/va por cuál México/2021/05/02

[iv] Eleconomista.com.mx/ ¿qué es el pacto por México? /2012/12/04