DOMINIQUE FEMAT BÁRCENAS

  • Licenciada en Administración Financiera.

 

  • Blogger en Rankia desde 2018.

 

  • Hobbies: la escritura, la fotografía y el cine.

La interminable búsqueda del ¿quién soy?

Hay días que pesan y días que cuesta saber quien eres, y recordarlo es una tarea diaria, quizá no tengas la respuesta correcta nunca pero no dejar esa implacable búsqueda hace que cada día nos acerquemos mas a la verdad. Y la búsqueda del ser esta sumamente relacionada con nuestra perspectiva de la vida, nuestra manera de procesar emociones y razones. Y hay días que simplemente nos vemos inmersos en la rutina, en el estereotipo social y en el qué dirán, y quiero que por un día contemples tu vida sin factores externos, sin opiniones, sin consumismo, sin críticas, sólo tu y tu existencia sin la necesidad de llenar el vacío y sintiéndote cómodo con ese vacío de ¿quién soy?

Esta pregunta nos ha llevado a querer contestarla con comportamientos, rutinas, cosas materiales, una carrera, una familia, esperando que alguno de estos te dé un nombre o arquetipo particular que pueda al fin responder la pregunta, sin embargo, todos esos factores no definen lo que eres, pero al mismo tiempo forman parte de ello, porque eres el cúmulo de vivencias que tienes y cada una de esas cosas ha significado una experiencia para ti.

Saber quién eres en medida de tu alcance te ayudará a vivir con plenitud, pero se sabe que vivir en la ignorancia también es ser un feliz mediocre, si no sabes quién eres entonces tomarás cualquier estereotipo que la sociedad dicta para decirlo y hacerlo, te valdrás de tu profesión, de tu trabajo o de tu lugar en una familia y simplemente dejarás de buscar esa respuesta, ignorarás que no la tienes, y seguirás tu día a día ignorándolo, haciendo lo que tu rutina dicta y viviendo en automático, como estar en la matrix, ser parte de ella, alimentarla y quedarte en ella. Pero si buscas inalcanzablemente quién eres, te acercaras a aquello que te llena el corazón y te alejarás de lo otro que, aunque pueda ser el deber ser por la sociedad no te hará feliz, encontrarte contigo mismo supondrá sufrir en el proceso, pero encontrar la plenitud con cada pequeña parte de la respuesta, te hará vibrar y moverte en consonancia con aquellos que no se rindan en la búsqueda y tu entorno se rodeará de esta realidad.

Conocerte pesa, pero con cada paso que das tu alma se siente más ligera, y no importa la manera que encuentres de conocerte, terapia, reiki, meditación, ejercicio, experimentación, medicinas ancestrales, convencimiento, introspección, no importa el medio, porque encontrarás el propio, lo que importa es empezar y no ignorar la voz en tu cabeza cada que pregunta ¿quién soy?

Darle sentido a la pregunta y no cansarte de responderla, así cambie la respuesta cada día, hará que tu realidad se transforme con la respuesta, que te rodees de lo que forma parte de esta realidad y que según quien eres comiences a tener una verdadera perspectiva de lo que pasa en tu mundo, te vuelvas menos reactivo al comprender y procesar tus emociones y te vuelvas más consciente para callar tu mente cuando la ansiedad y los pensamientos dominan.

Saber quién eres o estar cerca de saberlo es ser consciente, saber lo que quieres y porque lo quieres, saber que te gusta y que te disgusta, saber que lugares y personas son apropiados para ti y cuales no, es vivir en el presente y no en la búsqueda de un significado en lo que fue del pasado, ni una búsqueda en la definición del futuro, es estar en el aquí y el ahora y comprender que nadie ni nada puede definir quien eres más que tu mismo, y que no hay un deber ser, nacemos libres, con la dichosa cualidad del libre albedrío, que si sabemos quiénes somos, sabremos usar esa cualidad a nuestro favor para llegar a donde queremos.

Así que cuando tu cabeza te cuestione ¿quién eres?, recuerda que es tu consciencia tratando de expandirse, deseando que uses tu libre albedrío para acercarte a la realidad que deseas con base en tu persona, en tu esencia y en tu alma. No lo veas con ansia, sino con agradecimiento, el que la búsqueda sea interminable hace el camino más interesante, porque si obtuviéramos una única y sola respuesta al ¿quién soy? No seguiríamos con motivación para continuar creciendo, aprendiendo y retándonos, y sería imposible que con el paso de los años seamos la misma persona, venimos a aprender y seguro cada día sabemos algo nuevo y nuestra definición cambia, por eso responder quién soy yo es una tarea diaria.

 

¿Cuál es el sentido de la vida?

Últimamente esta pregunta ha rondado mi cabeza sin parar, todos los días del último año me he hecho esta pregunta a lo largo de mi día, en una búsqueda de sentido, misión o meta, y no es de esperar que me sienta algo perdida y aludida luego de vivir una pandemia, ver como la vida puede cambiar de un instante a otro y como tantas personas trascendieron a causa de un virus, y estoy segura que no soy la única viviendo un proceso de cuestionamientos luego del psique que significo la pandemia. Inevitablemente el encierro trajo consigo mayor tiempo a solas con nosotros mismos, fuera de la programación diaria que teníamos, los múltiples distractores y responsabilidades, así como traslados, lo que nos dejaba poco tiempo para la introspección, quizá para algunos solo unos minutos antes de dormir, implicó un gran cambio disponer de más tiempo, debido al encierro, lo que nos hizo convivir más con nosotros mismos, y de esta forma quizá nos empezamos a conocer mejor, a escucharnos más, a saber nuestras necesidades tanto emocionales como placenteras, más allá de las básicas, que nos ha direccionado a dicho proceso de cuestiones y preguntas que terminan en una sola ¿cuál es el sentido de la vida?

A inicios de año comencé a tomar terapia, porque este proceso de preguntas sin responder me estaba llevando a una despersonalización donde sentía que vivía en automático y la pregunta del sentido de la vida comenzó a volverse una verdad y era para mí que la vida no tenia sentido, por ello tome la decisión consciente de tomar terapia y empezar a darle respuestas a todas las preguntas que tenía, pero en el proceso me encontré que en lugar de tener respuestas claras tuve más y más preguntas, que en realidad hoy agradezco pues me han llevado a conocerme mejor y cambiar múltiples aspectos de mi vida, he aprendido en este largo proceso que debo escuchar mis necesidades, deseos y anhelos más profundos, que de alguna forma ya había enterrado en un pasado, pues estaba envuelta en la rutina, haciendo lo que se supone se “debe hacer” y siendo una persona que encajara en la sociedad, aunque paradójicamente sentía todo lo contrario.

Y he venido aquí a compartirte una parte del entendimiento que he obtenido, no obstante, quiero aclarar que no hay una respuesta abstracta y general para responder ¿Cuál es el sentido de la vida? Porque todos tenemos un único y diferente sentido y es nuestro trabajo descubrirlo, pues esta oculto en nuestra consciencia y para sacarlo a la luz es preciso buscar los anhelos más profundos de nuestro ser, no pretendo hacer de psicóloga, sino dejar un poco de mi entendimiento luego de varias lecturas y terapia, que me han hecho entender la realidad.

La búsqueda del sentido es un trabajo personal, y por tanto es una pregunta personal que solo uno mismo puede responder de forma adecuada. Existen dos elementos muy importantes para tener sentido o un motivo y son el trabajo creador y la capacidad de amar, lo que en realidad representa responsabilidades que le dan a la libertad del hombre la conciencia para decidir darle un sentido a su vida, pues cuando un hombre es consciente de su responsabilidad ante el ser amado (que lo espera o busca la correspondencia), o ante una obra por terminar (que solo él puede terminar y hacer) este se vuelve incapaz de tirar su vida por la borda (Frankl, 2020). Es así también que el amor, ya sea al amar a un ser o al amar el trabajo que se hace, se vuelve la única vía para llegar a lo más profundo de la personalidad de un hombre, pues es mediante el amor que uno encuentra sentido, y aunque suene romántico es verdad, ahora entiendo porque se dice que hagas lo que amas, y es porque eso te da sentido. A palabras de Nietzsche “quién tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo” lo que revela de forma resumida que cuando tenemos un sentido, fluimos en encontrar soluciones y respuestas.

Es por ello que insisto en que es un trabajo totalmente introspectivo, que de forma contraria hemos manejado por concepto de ¿qué espera la sociedad de mí? Haciendo este trabajo de forma externa, lo que erróneamente nos ha conducido a querer encajar en moldes donde no cabemos, a querer seguir un rol, un patrón o un cierto número de pasos a seguir, haciendo lo que la sociedad dicta, y avergonzándonos y haciéndonos sentir que fallamos o que no estamos haciendo las cosas bien por sentir que no estamos siguiendo los mismos pasos o que no llevamos el mismo ritmo. De forma inconsciente queremos hacer lo que otros hacen, lo que nos lleva a un conformismo que con el paso del tiempo nos frustrará o peor aún hacemos lo que alguien más quiere que hagamos dejando nuestra vida en un totalitarismo, perdiendo el control de nuestra libertad para decidir y determinar nuestra existencia. Es tarea de cada uno decidir si debemos interpretar nuestra vida con responsabilidad ante la sociedad o ante nuestra consciencia.

Esto nos lleva a preguntar por el sentido que tiene vivir, pues si ya está todo dictado y hay un cómo hacerlo, ¿cuál es el sentido? No podemos intentar vivir la vida de otros, tenemos que darnos el permiso de vivir nuestros anhelos, buscando nuestro propio sentido y camino, debemos comprender que la esencia de la existencia es responder responsablemente las demandas que la vida nos plantea en cada situación particular, contrario a ello queremos que la vida nos responda cuando es la vida misma la que nos cuestiona y somos nosotros quienes tenemos las respuestas adecuadas.

La preocupación, o la desesperación, por encontrarle a la vida un sentido valioso revela una angustia espiritual (Frankl, 2020) y eso me hace cuestionar ¿Qué tanto lugar le damos a la espiritualidad, como el que le damos al cuerpo y la mente? Olvidamos que son un conjunto, y que el equilibro de este trio nos da un bienestar. Es necesario darle la importancia que merece a la espiritualidad, a la búsqueda interna de respuestas y a escucharnos, pues de ahí es de donde verdaderamente nace el sentido de cada uno. Y tal vez en estas palabras no te doy la llave mágica, ya que es un tema profundo, delicado y extenso, pero sobre todo personal, sin embargo, quiero inquietarte en tu tarea de encontrar tu anhelo más profundo, de buscar respuestas y de trabajar en tu yo interno, pues inherentemente cuando uno comienza a sanar y a encontrar respuestas el trabajo comienza a hacerse colectivo, como si de un contagio se tratará. Y tú ¿ya sabes qué sentido le das a tu vida?

 

Referencias

Frankl, V. (2020). El hombre en busca de sentido. España: Herder.

Entrevista a Nino Téllez

El pasado jueves 4 de noviembre en punto de las 2pm, en una linda locación del Hotel Misión Argento de la ciudad de Zacatecas, tuve la oportunidad de conocer al cantautor Nino Téllez, quien nos dedicó de su tiempo para brindar una entrevista a Alternancia Revista Digital. Nino, musico y compositor mexicano originario de Ciudad Acuña, Coahuila, quien desde muy joven incursionó en el camino de la música se encuentra en gira de promoción, pues este año destacó por sacar su último sencillo titulado “El que Sobra Soy Yo”, luego de una carrera discográfica con dos álbumes de su autoría y diversos sencillos, como “Aun te Amo” del 2008 y “Adiós” del 2019, que forman parte de su álbum “Con Dirección a Ti” y “Sueños y Momentos”, los cuales han sido un cúmulo de experiencias personales, pues es a través de la música que Nino canaliza sus emociones e historias más profundas.

Nino Téllez clasifica su música dentro del pop rock, pues tiene influencia de bandas como Coldplay y Snow Patrol, pues dentro de su música encontró una forma muy orgánica de transmitir historias, sin embargo, se considera muy versátil a la hora de escuchar música, ya que como cantautor es importante tomar inspiración de otros géneros, que inclusive tiene una gran influencia del norteño pues al ser Coahuilense formó parte de la música que escucho desde niño, aunque a pesar de ello siempre se inclino más por la balada pop pues encontró en este género una mejor manera de transmitir lo que escribe.

Su inspiración al componer se basa en sus experiencias, pues busca transmitir de manera auténtica las experiencias que el ha vivido, sufrido y gozado, prueba de ello es su álbum “Con Dirección a Ti” el cual plasma una parte importante de su vida, comentando que incluso parte del proceso de su último sencillo “El que Sobra Soy Yo” viene de un proceso personal de sanación, y una canción con la que la gente pudiera tomar el mensaje de que “dejar ir también es amar”.

Ahondando un poco en los recuerdos, Nino nos cuenta con emoción como fue el saber que luego de meses de meter a la radio su sencillo titulado “Aún Te Amo” del 2008, como una prueba para iniciar en la música, se posicionó ese año entre los 5 más pedidos en Coahuila, siendo esta una experiencia inédita para él, la cual representó un motivante para continuar en este camino de la música, lo que le dio paso para unirse con una banda y posterior seguir en su carrera como solista. Nos comenta que el desafió más grande de continuar como solista fue dejar a sus amistades, las cuales formaban parte de la banda, pero que sin embargo fue lo mejor, pues continuo con un largo camino de aprendizaje, crecimiento personal e independencia en su carrera profesional como cantautor.

Entre otras anécdotas, recuerda con cariño la primera vez que piso un escenario, se encontraba en Saltillo, Coahuila como homenaje a un amigo suyo, situación que lo hizo sentir tanta emoción como lo fue el presentarse años después en el Zócalo de la Ciudad de México, que, a pesar de la experiencia y el control del escenario, su presentación en el Zócalo significó un momento muy

Nos cuenta que la pandemia le brindó un tiempo para encontrarse consigo mismo, ser sincero y escribir, lo que trajo como resultado su último sencillo “El que Sobra Soy Yo”, el cual viene a raíz de sus anteriores sencillos “Ahí Estaré” y “Adiós”, canciones que escribió a manera de despedida de un amor, la primera como un mensaje de lo que esperaba recibir y la segunda como una carta de despedida, pero al sentir que él aún no cerraba este ciclo busco otra forma de perdonarse, permitirse avanzar y encontrar el amor propio, y es de ahí que nace esta tercera canción que forma parte de ese ciclo tan personal de Nino, dejando como mensaje que “es de valientes poder decir adiós, y saber que ya no tienes cabida en la vida de alguien”.

Para Nino lo mejor de ser musico es que la gente se identifique al escuchar sus canciones, pues es muy grato para él cuando recibe mensajes del público que lo escucha contándole lo que sus canciones significan para ellos. Nos relata que durante la pandemia recibió el mensaje de una conocida suya que acababa de perder a su esposo, y días después de tan lamentable suceso, escucho una canción de Nino que inmediatamente la hizo recordarlo, y ahora Nino representa un vínculo que ella tiene cada que escucha la canción y recuerda a su querido amor. Es esa clase de historias que le hacen recordar que ser musico vale la pena.

A manera de spoiler, nos comentó que esta trabajando en un dueto con la actriz Carla Peniche que saldrá próximamente, siendo él quien compuso la canción e impulsando a su amiga en la carrera de la música acompañándola con este dueto, proyecto que lo tiene muy emocionado pues está a nada de comenzar a trabajarlo para inicios de este mes y el siguiente. De igual forma sigue trabajando en sus propios sencillos para lanzamiento en el siguiente año.

Nos comparte que el secreto de una carrera musical es la perseverancia, la constancia y hacerlo real, demostrar que te encanta la música y hacer música de corazón, pues es lo que le da autenticidad, además nos comenta que cuando se hace algo de corazón alguien más lo va a escuchar o recibir de la misma manera en que se hizo. Les dice a todos aquellos que están interesados en incursionar en este mundo de la música que no desistan, no se den por vencidos que todo se puede lograr si se hace con amor y trabajo duro, siendo él una representación de esto. Así pues, con este consejo Nino Téllez se despide, y nos deja con una sonrisa, ansiosos de escuchar sus nuevas canciones y verlo crecer en este medio, sintiéndonos complacidos de formar parte de su gira promocional.

¿En un mundo lleno de múltiples opciones nos vemos sumergidos en la inmensa indecisión de cuál opción es mejor?

Hoy en día tomar una decisión se ha vuelto más complicado de lo normal pues invariablemente se tiene un rango ilimitado de opciones a elegir, con un mundo tan conectado como el actual ya no es fácil desistir de todo lo que es posible, pues antes solo elegías entre las limitadas opciones que en tu ciudad, comunidad, o área existían, ahora es posible tomar en cuenta otras ciudades, otros estados e incluso otros países para una decisión de cualquier índole. Basta con pensar en las opciones que una simple aplicación te ofrece, desde ubereats al elegir entre tacos, sushi o pizza de los cuales seguramente encontraras mas de dos opciones de cada uno, hasta una aplicación de citas como Tinder que te ofrece un universo de personas con las cuales conectar.

Todos pensarán sin dudar que es lo mejor que le pudo pasar a la humanidad, pues tus opciones ya no son limitadas y puedes escoger de cuanto color, sabor, precio, calidad y cuanto quieras pero no cabe duda que esto ha instaurado en la sociedad una fiebre llamada “indecisión”, y vaya que yo te puedo hablar horas y horas de esta enfermedad, pero seguramente ya las sufrido y probablemente hayas pasado de la indecisión al congelamiento, pues al tener tantas opciones y no saber cuál es la mejor, puede pasar que simplemente no decidas y te congeles en el actuar por no sabe que elegir.

Incluso se ha acuñado un término para hablar de este fenómeno, el cual seguramente has escuchado si te encuentras conectado al mundo virtual; el primer término del cual te quiero hablar es el FOBO, Fear Of Better Option (miedo a una mejor opción) que es definido por Patrick J. McGinnis como “la ansiedad de que algo mejor llegará y dificulta el comprometerse con opciones existentes cuando se toma una decisión”, es el término que considero define mejor a la indecisión en tiempos actuales, pues no es un secreto que incluso desde los 17 años nos hacen tomar una “decisión de vida” al hacernos elegir una carrera de entre miles que ya existían y miles que siguen inventando, lo que conlleva a una profunda y cuantiosa investigación para tomar una buena decisión, a menos que claro seas del porcentaje afortunado de la sociedad que ya lo tenía claro desde la niñez, de no ser así seguramente pasaste por la fiebre de la indecisión, el FOBO, o al menos la elección entre mas de dos opciones.

El segundo término es el FOMO, Fear Of Missing Out (Miedo a perderse algo) que básicamente te lo instauran las redes sociales, al ver las vidas “perfectas” de las personas que sigues con sus trabajos perfectos, sus actividades perfectas y todo lo que te pueda parecer mejor que lo que tu tienes, lo que te da ese sentimiento de que te estas perdiendo esas cosas tan buenas, y ¿en qué se relaciona al FOBO y la indecisión? Pues que el FOMO te hace cuestionar si tus decisiones han sido las adecuadas o si te estas perdiendo cosas maravillosas por haber elegido lo que decidiste, tan simple como que un viernes por la noche hayas decidido quedarte en casa y unas horas más tarde al ver la gran fiesta que te perdiste, te cuestiones si fue la mejor decisión. Así pues, al tomar decisiones renuncias a las otras opciones, precisamente de eso se trata el ser decisivo, de renunciar a lo demás, cuando una persona esta indecisa es porque no es capaz de renunciar a las opciones que considera buenas y sólo quedarse con una, ya sea por el miedo de que llegue una mejor opción o por el miedo de que al elegir una se pierda de lo bueno de otra.

Quiero aclarar que tanto el FOMO como el FOBO son “problemas” o aflicciones de abundancia, y que afortunados, pues si vives alguno de los dos términos es porque tienes abundancia en opciones, y somos afortunados de tener opciones. Estos términos no sólo aplican para la vida actual, seguramente las generaciones anteriores sufrieron tanto FOMO como FOBO pero en menor medida, en una medida más limitada. Claro esta que con la tecnología, el mundo actual, las redes sociales y la conectividad estos fenómenos han sido tan latentes que hasta se les tuvo que acuñar un término para hablar de ellos.

Así que si te encuentras viviendo en la era actual y estas conectado a la vida virtual seguramente hayas vivido el FOMO o FOBO, o conozcas a alguien que lo haya vivido, para ser más clara y sin términos desconocidos, si te has visto envuelto en una decisión difícil por el universo de opciones que tienes, si has dudado de las decisiones que has tomado o las opciones que has elegido o si te has congelado en tomar una decisión seguramente has sido esclavo de alguno de estos términos. ¿Hay cura? La única cura es ser decisivo y para ser decisivo hay que aprender a renunciar, pues como lo mencione anteriormente, al elegir una cosa renuncias a otra, y de eso se trata la vida, de ir renunciando y al hacerlo lograr pasar de la idea a la acción.

¿Cómo te puedo dar paz? Sólo queda decirte que las opciones que elijas son las correctas, de cada decisión siempre hay una lección, y si crees que no es el camino correcto nunca es tarde para reconsiderar las opciones y tomar otro camino. Por otro lado, queda recordarte que eres afortunado, muy afortunado de tener opciones, y cuando tengas un mal día, o tu peor día, nunca olvides que todavía podrías encontrar millones de personas dispuestas a cambiar de lugar contigo.

La causalidad de tu presencia

Siempre he tenido la idea de que las casualidades no existen; pero si las causalidades, y creo que todo llega a nuestra vida por algo, y todas las personas que pasan por este camino de vida tienen una función específica, una enseñanza, un aprendizaje, una alegría, un dolor, o un luto que dejarnos. Y cabe destacar que esas personas llegan en el momento indicado, quedándose el tiempo necesario, algunos van y vuelven, otros nos acompañan un largo camino y algunos son efímeros pero su huella es indeleble.

La historia de la causalidad se remonta a viejas épocas y se explica en diferentes idiomas, paradojas y filosofías, en la Grecia antigua Pitágoras hablaba de la “armonía de todas las cosas”; Heráclito creía que el mundo estaba gobernado por un principio de totalidad; e Hipócrates creía que todas las partes del universo estaban unidas las unas con las otras explicando que las coincidencias eran “elementos simpáticos” que se buscaban los unos a los otros; incluso religiones hablan del Uno mismo, y como todos somos uno, así en el budismo y taoísmo se concebía al universo conectado e interdependiente y puedo seguir hablando de muchas otras referencias sin terminar.

Pero sin duda mi explicación favorita viene del psiquiatra suizo Carl Jung, quien hablo de las “sincronicidades” las cuales describe como “acontecimientos conectados los unos con los otros a través de simpatías, donde los acontecimientos se vinculan a través del sentido que nosotros les damos”. Y me parece una hermosa manera de explicar como algo pasa de ser casualidad a ser una causalidad, y como el origen de una situación y el surgimiento de la presencia de una persona en nuestra vida toma significado, pues aunque la situación o persona sean de una realidad externa, nuestra realidad interna (el psique de cada uno) logra conectar ambas realidades, y es así como todo toma un significado.

Entre párrafos que leí en algún artículo, rescaté que dichas sincronicidades suceden cuando vivimos períodos de transición, crisis y cuestionamientos personales, e incluso mientras se vacaciona, y creo que la razón de ello deriva de que es justo en esos períodos cuando nos detenemos en la rutina y somos capaces de observar los detalles, de parar el tiempo y encontrar estas “simpatías” en el día a día, y encontrar el significado que para nuestra realidad interna sea.

Y aunque podría llevarme líneas y líneas filosofando acerca de este tema y de las extrañas situaciones que se viven, decidí enfocarlo a las personas, porque creo que no existe sincronía más bonita que cuando es con una persona, más por que no es una situación pasajera, sino temporal, y considero a mi experiencia que estas sincronicidades con las personas son las que más aprendizaje y significado nos dejan. No me dejaran mentir, pero siempre se encuentra a la persona correcta en el momento adecuado, y no, no hablo del amor, hablo de la vida, en cualquier situación, cómo cuando necesitas tomar urgentemente un taxi o perderás un vuelo y entonces aparece un amable sujeto que te puede llevar, por decir algo burdo.

A lo largo de mi vida me he encontrado con demasiadas causalidades, que han sido muy memorables para mí, y lo que he rescatado de cada una es a la persona involucrada, al hablar de ello con distintas personas solían decir “son ángeles” y creo que todos tenemos una manera diferente de percibirlo, sin embargo todos rescatamos algo y ese algo es la persona, y creo que pocas veces nos damos el tiempo de reflexionar lo que cada persona deja al paso en nuestra vida, a veces solo nos quedamos con el “fulanito” que era mi amigo en tal etapa de mi vida y al que ya no le hablo, pero nunca reflexionamos lo que fue su presencia en esa etapa y lo que es su ausencia en la actual.

E incluso me parece emocionante el conectar estas sincronicidades, personas y situaciones con las diferentes etapas de la vida; me parece interesante cuando hago introspección en las diferentes facetas de mi vida, en los diferentes círculos sociales por los que he pasado y el sinfín de personas que han dejado algo en su paso por mi vida, como cada persona dejo algo, por pequeño que sea, pero su presencia en mi vida no fue insignificante, y durante cada etapa tuve diferentes personas que me ayudaron a crecer y pasar a otra etapa, y no me da nostalgia el saber de aquellos que sólo me acompañaron un tiempo, al contrario, me da gusto, por que su misión y la mía se completaron.

A los que llegaron los recibo con los abrazos abiertos y pongo a disposición mi fe, mis conocimientos, mi tiempo, y espero en obra del camino, recibir el aprendizaje que vienen a dejarme, las risas que van a compartirme o incluso los regaños que van a darme, les abro mi corazón y les doy la confianza, aquella que se da para cuidarla, y los disfruto y los vivo porque tengo certeza que tienen una misión al encontrar su vida con la mía.

Y a los que se fueron y se irán, les agradezco infinitamente, algunos me hicieron enojar y me enseñaron a tolerar y ser paciente; otros me hicieron llorar y me enseñaron a levantarme y también a dejarme sentir triste si eso es lo que necesita mi corazón; otros me hicieron sufrir y aprendí de ellos a soltar, a dejar ir, y a no depender de su presencia o incluso su ausencia; y otros más me hicieron muy feliz, y me enseñaron a reír a carcajadas, a no fijarme en el tiempo y el pasar de las horas, a disfrutar más de la vida, y a relajarme cuando más quería, me enseñaron a permitirme ser feliz aunque esa felicidad fuera efímera.

Quiero cerrar inquietándote a ti que estás leyendo esto a hacer introspección de cada persona que paso por tu vida y que lecciones te dejaron, y a valorar y atesorar a los que tienes porque por un motivo están contigo y que sepas que tu lectura no es una casualidad y estás aquí por una sincronicidad.

Carmona, R. (13 de Septiembre de 2020). La Vanguardia. Obtenido de https://www.lavanguardia.com/vivo/psicologia/20200913/483273452239/sincronicidad-casualidad.html

Hay días de los que no se hablan…

Hay días en los que desearías simplemente no haber despertado, donde quizá la marcha de la vida hubiera ido mejor si te hubieras quedado más en la cama, si en lugar de las 7 despertabas a las 9, o si simplemente hubieras retrasado cinco minutos más la alarma, días que pudieron ser diferentes si quizá estirabas al salir de la cama, si el agua hubiera estado más o menos caliente al ducharte o si no hubieras desayunado huevos con jamón.

Hay días que son pesados, más por mucho más que los demás, se sienten como toneladas, densos, viscosos, con un pasar de las horas lento, muy lento, pero un movimiento de pensamientos ágil, rápido y vivaz, que finalmente te alcanza, días en los que la coherencia no esta a la orden y donde te cuestionas si lograras llegar al final del día, si al pasar las horas lo habrás logrado y no te desplomaste a las 3 pm o a las 6 inquieto de que el día no termine para volver a dormir y comenzar, días que son difíciles de sobre pasar, donde estas en constante cámara lenta mientras el mundo parece ir más rápido de lo normal.

Hay días en que la cabeza pesa y los pensamientos no cesan, días que son tortura y que no encuentras la manera de lidiar con ellos, que suenan fuerte, que retumban, que no te dejan escuchar la claridad y que sólo dan oscuridad. Pensamientos que te arrancan esperanzas, sueños y deseos, y que ponen en duda sobre si el problema eres en realidad tú mismo, que tus problemas no son problemas, pero que si hay un problema eres tú.

Hay días en que no hay peor enemigo más que tú mismo, que te encuentras encima de una barda de la que sabes que en cualquier momento te puedes caer, pero no sabes de que lado caerás, si será del lado donde te paralizas y que lo único que tu cuerpo te permite hacer es causarte daño por ende quizá no hagas nada más que existir, o quizá sigas esos pensamientos turbios que no te llevarán a nada bueno, que te llevarán a hacer cosas de las que te arrepentirás o que quizá no haya siquiera la oportunidad de arrepentirte; o si caerás del lado que no te frena y que te empuja a seguir y continuar y tomar con coraje esos pensamientos para no dejarte paralizar, que te impulsa y que de alguna forma bloquea esos pensamientos, que extrañamente hay una fuerza interior que te permite no desvanecerte, no desplomarte, no caer, que todo ese miedo lo transforma y convierte en motor, para canalizar lo malo en bueno, lo negativo en positivo y lo incoherente en íntegro.

Pero hay días en los que no puedes caer, y sólo estas ahí sobre esa barda, sentado, colgando los pies, balanceándote de un lado a otro, contradiciendo tus pensamientos, en lucha constante, en una pelea interminable, contemplando las probables caídas y cuestionándote si es de más coraje y valentía terminar todo o si lo es seguir, donde parecía más fácil haber tan sólo dormido cinco minutos más…

Y así hay días cada día para muchos, la ansiedad no es un juego, y la lucha diaria y el duelo de cada persona son cuestiones que no se hablan, y mucho menos se tratan, seamos amables con nosotros mismos, y empáticos con los demás, todos tenemos duelos y peleas internas de las que no se dice nada pues es más fácil ignorarlo que confrontarlo, no olvides que eres valiente y valioso y recuerda que todos tenemos batallas, no te enganches en este mundo de apariencias, así hay días malos como los hay buenos.

¿Es el amor la ausencia de expectativas o las expectativas el engaño del amor?

Pensativa estoy además de situaciones de mi vida, por el contexto actual en el que vivimos, donde hacer de las expectativas nuestra realidad está de moda, y donde el precepto de autenticidad ha quedado obsoleto, oculto, entre aquellos pocos que siguen luchando por serlo y que no caen en los estereotipos, expectativas o banales deseos.

Más allá de la autenticidad, mi verdadero deseo es expresar qué es el amor en la actualidad y como lo intercambiamos, luego de una fecha que se usa para celebrarlo, en el mes de febrero, inusualmente las parejas lucen más felices o eso quieren aparentar, y no trataré de explayarme solo en la cuestión de una relación de amor en pareja, sino en cualquiera que sea la índole mientras el amor este de por medio.

En la actualidad nos encontramos en una realidad tecnológica, en un medio virtual para relacionarte y un par de chats para convencerte de que conoces a alguien, nos rodeamos de un mundo que se ha vuelto superficial, y que al ser virtual nos presenta una realidad que no existe, más sin embargo la hacemos nuestra, y nos llenamos de expectativas. ¿Pero que es entonces una relación sin expectativas? La respuesta es clara, y es eso, una relación, una conexión, una empatía mutua, una comprensión clara del otro y sobre todo una aceptación sin precedentes del otro.

Las relaciones se han modificado y hemos distorsionado el concepto, creyendo que amor es que el otro sea como yo quiero, que el otro haga lo que yo quiero y que además el otro tenga que aceptarme como soy, hemos olvidado que todos tenemos un concepto diferente del amor y la felicidad, así como también distintos lenguajes del amor, y no logramos identificar cuando alguien hace algo por amor o por nuestra felicidad pues no lo traducimos así ya que queremos recibirlo con nuestro concepto de felicidad y amor, con lo cual el canal de dar y recibir nunca fluirá. Y lo mismo pasa cuando nosotros hacemos algo por el otro, pero lo hacemos desde nuestro concepto y lenguaje, lo que si el otro no comprende e identifica no recibirá el mensaje.

Así pues, que fácil se vuelve el mandarnos textos y hablar todo el día, pero que difícil el tener empatía y comunicación directa con el otro, el entendimiento de lo que el otro quiere, siente y hace, y viceversa; nos hemos envuelto pues, en expectativas, sobre lo que queremos del otro y para nosotros, y quizá nos hayan distorsionado con expectativas, haciendo que las personas nos conozcamos sólo de manera superficial, como el mundo tan superficial que hemos creado.

Y ahora pregunto ¿Considerarías que tus relaciones con los que te rodean son tan transparentes para que haya el suficiente entendimiento y empatía? ¿Conoces el concepto de felicidad y el lenguaje del amor de los que quieres? ¿Y ellos conocen el tuyo? ¿Haces por los otros con tu concepto y lenguaje o procuras usar el de ellos? ¿Y recibes amor en tu lenguaje?

Muy probablemente la mayoría respondería que no, pero cuando son conscientes de esas respuestas y comienzan a actuar por cambiarlas, en automático sus relaciones también cambian, y es que el amor no es un cliché, es parte de nuestra vida y por ello debemos comprenderlo; debemos dejar de lado las expectativas que la mercadotecnia y la superficialidad nos han implantado, y tenemos que comenzar primero a identificar nuestro concepto de felicidad, nuestro canal de recepción y nuestro lenguaje del amor, y después de entendernos a nosotros mismos, podemos empezar a hacer lo mismo con los que queremos, creando un canal de dar y recibir que sea claro, fuerte y fluido, sin olvidar que primero debes amarte a ti mismo para comenzar a repartir de ese amor.

¿Y después del COVID qué?

Ante la actual pandemia por el COVID-19 nos encontramos en el desarrollo de un cuento que parece no tener final, en un climax donde los contagios van en aumento, la ignorancia por igual y la nueva normalidad parece tomar lugar para no irse más, pero como toda historia, debe tener y contar un final, y es que enfrascados en la parte más interesante de la historia, se nos ha olvidado el desenlace ¿y qué es lo que sigue luego del COVID? Y me gustaría dar respuesta no sólo en referencia a la pandemia, si no a la enfermedad como tal.

Recientemente tuve la experiencia de vivir el contagio, tanto en familia con el embrollo de atender, cuidar y estar al tanto de mis familiares contagiados, al mismo tiempo de que pretendes hacer eso contigo mismo para evitar contagiarte, sin embargo, lo inevitable paso y me contagié, en ambos sentidos de la situación, la ansiedad que se vive es demasiada, y claramente no se puede evitar, tener primeramente la tensión de que la enfermedad es una línea sin rumbo, con picadas que pueden ser muy altas o bajas o una línea que se puede ir ligeramente en picada y luego continuar recta, me refiero, a que no se sabe el rumbo de la enfermedad, los cuerpos son muy diferentes y así como puede ser una enfermedad muy leve, puede llegar a ser sumamente grave con los tristes finales que ya conocemos, es por eso que la ansiedad está a la orden del día, pues la incertidumbre es enorme, y no me dejarán mentir los que ya han pasado por una situación cercana en su casa, y que hablar cuando eres tú el contagiado, la ansiedad es aún peor, aislado, desafortunado si tus pensamientos toman un oscuro rumbo que lejos de ayudarte a sopesar los días podrían incluso empeorar tu salud, y creo que es un tema al que se le ha dado muy poca relevancia. La ligera línea de la salud mental que se vive en una situación de alta incertidumbre y ansiedad que aunque no se crea, la mente y las emociones son capaces de empeorar el estado de salud, y que si no se maneja con cuidado puede generar consecuencias a largo plazo.

También poco se ha hablado de las complicaciones neurológicas que la enfermedad deja luego incluso de meses, como la alteración de la memoria, del sueño, cefalea y problemas cognitivos como la atención, se ha disernido en que sólo causa efectos en vías respiratorias, cuando las implicaciones neurológicas y psicológicas están más que comprometidas .

Y más allá de los efectos a largo plazo luego del contagio, están también las consecuencias actuales incluso sin hablar de un contagio, pues este virus por diminuto que sea ha causado cambios enormes a la sociedad y de ellos a todos los que pertenecemos a la misma, que decir de los efectos que la interrupción educacional tendrá en los miles de niños tan sólo en México, con un atraso no sólo en su educación sino un rezago cognitivo y social, donde más que faltos de aprendizaje, tendrán afectaciones sociológicas producto de una falta de convivencia, donde será factor para que se desarrollen nuevas generaciones apáticas, frías y sin tacto, afectando incluso el autoestima futuro y la forma de relacionarse de estos individuos.

Y claro esta que los niños sufrirán las peores consecuencias por la nueva normalidad y formas de convivencia pero aún así los adultos con relaciones establecidas es probable que sufran cambios, dados por un exceso de convivencia y falta de intimidad, de lo cual se espera aumenten divorcios, violencia intrafamiliar y problemas en la repartición de bienes. Un virus que vino a cambiar el orden social, a generar nuevas formas de vivir y a atormentar a los más desfavorecidos, y lo peor de todo, que sólo se piensa en el contagio, en el climax de la historia y se deja de lado el desenlace, y todos los muy adversos efectos que este conlleva.

El nuevo orden mundial dejará de regir entre pobres y ricos, pues el COVID 19 no difiere de uno u otro, sin embargo la lucha se dará entre sanos y enfermos, donde las enfermedades y la edad pasan a ser parte de una sentencia, y donde las farmacéuticas pasan a tener control y poder codeándose con la política, pues de ahora en adelante la economía estará sopesada por la estabilidad de la salud en general, donde el bien más preciado será precisamente la salud, y que con la llegada de la vacuna no se nos olvide que los efectos a largo plazo siguen ahí, presentes, incluso antes de que lleguemos al siguiente año. Debemos darle la importancia que se merece y dejar de minimizar la enfermedad como algo que quizá no nos pase, si no tomamos consciencia sólo conseguiremos que el desfile del hospital a la morgue sea más largo.

¿Necesitamos otra educación u otra sociedad?

Karl Marx decía “Necesitamos otra educación para otra sociedad y otra sociedad para otra educación” y me constó un tiempo entender porque otra sociedad y no sólo otra educación. Así que comencé a analizar la educación que recibí en las diferentes escuelas en las que estuve, donde más de la mitad de mi educación fue en escuelas públicas, en las cuales tuve una grata calidad de educación, pero las carencias son palpables debido a los insuficientes presupuestos, a comparación de la escuela privada en la que estuve, que no me hizo mucha diferencia pero si tenían más oportunidad de hacer mejoras, cambios y reestructuraciones, aunque mi análisis no fue sobre el presupuesto de estas, sino sobre sus personas, y es que en todos los caminos me tope con todo tipo de personas, aquellos que tenían una inteligencia nata y el aprender no les costaba, aquellos que sabían hacerlo pero carecían de ganas, y esos otros que les costaba tanto aprender que mejor no lo intentaban, también desde el más amable hasta el más grosero y todo tipo de autoridades, desde aquellos que lideraban y algunos otros que jamás fueron escuchados, pero lo más importante y esencial fueron los maestros.

Hay maestros que me enseñaron tanto de la vida académica y de la vida real que les estoy sumamente agradecida, pero hay otros con los que no disfruté pasar mi tiempo ni mi esfuerzo y es evidente que hay profesores que no tienen la mínima intención de enseñar, porque tampoco tuvieron la intención de aprender a hacerlo, hay quienes saben demasiado pero no saben como compartirlo, hay quienes siguen al pie de la letra como dar clase pero no saben el contenido de su materia, esos otros que se sinceran y te dicen “yo no soy de esta materia, pero no había de otra”, los que nunca se presentan y los que hacen las cosas bien. Y entre todos los entresijos que se exteriorizan a lo largo de la vida estudiantil, sea pública o privada te das cuenta de que no hay un régimen, que no hay un margen, que esas deficiencias y diferencias son muchas y que la reforma educativa, que aunque tuviera la intención de sistematizar un poco la situación no lo logró.

Y es que a decir verdad, no podemos esperar un cambio en el sistema educativo, si el sistema de la sociedad no cambia, estamos inmersos en una famosa “cultura mexicana” encaminada a la mediocridad, donde la gente quiere trabajar menos y tranzar más, no es una mentira ni un secreto que todas las universidades tienen maestros que jamás se presentan u otros que no tiene la mínima idea de lo que hacen, a pesar de ser educación de nivel medía superior, y es del conocimiento de todos las muchas marchas que hubo de los maestros contra la reforma educativa que pedía una evaluación para confirmar el nivel de los maestros y permitirles la continuación de su profesión o de lo contrario la exigencia de una preparación mínima para continuar, que a mí me pareció esencial, ya que si los alumnos son evaluados para seguir estudiando porqué no evaluar a los maestros para seguir enseñando. Y qué decir de las conocidas “noches mexicanas” atribuidas más a los alumnos o hasta a los padres, que hacen las cosas al último y a medias, quién no sabe de alguien que se dio cuenta un domingo a las 11 de la noche que ocupaba una cartulina y no la pudo llevar a clase, por decir un burdo ejemplo. Olvidamos que la educación es un banco para sentarse, la sociedad es la que esta sentada sobre ese banco de tres patas, donde los padres, los alumnos y los maestros conforman esas patas, hasta cierto nivel de educación claro está, y si una de esas patas no es firme el banco se tambalea, se cae o finalmente se rompe, paradójicamente, hablo también de la sociedad, hay que entender que la educación es el pilar de la sociedad.

El cambio debe ser sustancial desde nuestra cultura en sociedad, la competencia es buena, siempre ayuda a mejorar, pero no cuando se trata de chingar al otro para mejorar, no cuando se es malinchista, no cuando en lugar de alegrarse por los mexicanos que tienen éxito los envidias, es increíble como el ser inmoral siendo moral está de moda, ¿y a qué me refiero con lo anterior? A que si eres alguien que sigue las reglas eres un pen… sativo, que si prefieres pagar una multa en lugar de sobornar al tránsito eres lo mismo, que si preferiste dejar tu carro y tomar un uber que te saldrá caro en lugar de manejar a tu casa que esta a 15 minutos porque estabas ebrio que pen…sativo, que si eres alguien en Ciudad de México que maneja adecuadamente siguiendo los lineamientos de tránsito en lugar de ser moral por seguir las leyes, eres inmoral por ir contra las costumbres del descabellado manejo.

Debemos comenzar a elegir la moralidad en estos tiempos de adversidad, que los padres enseñen a los hijos que hacer poquito mal por poquito que sea no está bien, que el que tranza no avanza por tranza, y que hacer las cosas bien está bien y mejor. Los maestros que fueron esenciales para mí fueron aquellos que me enseñaron a ser moral, a ser puntual, a ser responsable, a trabajar en equipo, a forjar valores y carácter, ellos son los que entendieron todo, los que entendieron que pueden cambiar la sociedad si cambian su manera de enseñar, enseñando primero a ser buenas personas y siendo una ellos mismos. La educación no mejorará si la sociedad no cambia, porque no se puede ayudar al que no quiere que lo ayuden, y se vuelve un circulo vicioso, porque si la educación no mejora tampoco la sociedad, tomemos consciencia, y cambiemos mentalidades, empezando a ser ejemplo para los que nos rodean.