HUGO AGUSTÍN GÁMEZ HERNÁNDEZ

  • Hacer lo que realmente quiero hacer > Terminar la carrera.
  • Me encanta socializar, trato de hacerles la vida un poco más divertida a mis amigos, conocidos y desconocidos.
  • Perfeccionista con la cosa más mínima, le encuentro un porqué a todo y me gusta mucho el respeto mutuo.
  • La oveja colorida de la familia.
  • Amante de la música y de mis gatos.
  • El mejor exnovio que existe.
  • Imagínense que todo lo que leen aquí es un tweet grandote.

TODO ESTÁ BIEN CAMPEÓN

Si supieras las cosas que pienso que piensas, te sorprendería mucho lo mucho que tenemos en común. Se lo que se siente, que te guste una niña y no saber cómo acercarte; esperar que en la cooperativa haya burripizzas y tener que rezar para que la maestra malvada no revise la tarea que se te olvidó hacer.

A veces no puedes dormir, estás experimentando el primer cobro del insomnio. Me gustaría decirte que es normal, pero realmente son las consecuencias de no medir nuestros tiempos. Dormir de madrugada por jugar Xbox no está mal, pero un viernes o sábado, no entre semana. “Son cosas de niños grandes”, pero solo te va a crear un hábito; te recomiendo empezar a organizar tus actividades, será algo molesto al comienzo, pero una vez que le agarras la onda, vas a disfrutarlo y lo harás para siempre.

Eres el más grande de tus hermanitos y eso indirectamente te hace ser el ejemplo a seguir y es muy angustioso tener que actuar como una persona responsable cuando tú quieres seguir disfrutando tu adolescencia. Te diré un secreto: No necesitas ser el ejemplo de nadie. Tienes que crear tu propio camino sin dañar a las otras personas. No seas tramposo, se amable y no busques venganza, la vida se pasa muy rápido y más grande notarás el tiempo perdido por querer ganar peleas que nunca tuvieron importancia.

El otro día me toco verte en la sala acostado a las cinco de la madrugada, sin celular y viendo el techo. Estabas incómodo, esperando a que te de sueño y pasaron muchas horas, no sé qué sentías en ese momento, pero recuerdo levantarte el soporte para tus pies y me volteaste a ver sonriendo, como si me lo hubieras pedido, pero sin hablarlo; que gusto poderlo decir con la mente.

Perdón por no poder jugar Xbox contigo, mi vida esta un poco alocada y no encuentro tiempo para nada. A veces solo estoy acostado esperando que se acabe el día para que inicie el otro y no me doy cuenta de la importancia que es poder pasar tiempo contigo porque en cualquier rato nos dejaremos de ver.

Quiero que sepas que todo está bien, si me ves llorando, fumando o es que me la vivo dormido es por cositas que debo solucionar y que lo primero que quiero hacer después de dejar de ser un loco, es jugar con mi sobrino sus juegos favoritos.

Quiero aconsejarte, para que no sufras o vivas las cosas que a tu edad estas pasando, sé que es difícil hablar de lo que vives con tus papás… pero necesito que sepas que, aunque esté muy ocupado, siempre tendré tiempo para escucharte y hablar si lo necesitas. No soy amargado, no te regaño, solo te digo que está bien y esta mal, y lo digo por tu bien, no por tu mal.

Aquí estoy, siempre estaré para ti. Y recuerda… todo está bien, campeón.

ALV

Qué curiosa la manera en la que utilizamos las abreviaturas, sabemos que tienen un significado, pero nos gusta darle nuestro toque de creatividad e incluso le metemos abreviaturas a palabras que no lo necesitan. VDD, PQ, GPI, TQM, NTC, IDK, BTW… ¡Ah cabrón! Hasta en inglés lo hacemos.

Una de las favoritas de “la chaviza” y mía también, es “ALV”. Pero antes de que la generación de mis papás o abuelos se espanten o piensen que somos unos mal educados, quiero explicarles algo. El chiste de todo esto es poder expresar más de una cosa con SOLO UNA ABREVIATURA.

Esta columna se iba a llamar de otra manera, de hecho, el inicio era diferente… pero platicando con una persona sobre mil y un cosas (incluida esta la columna) llegamos al punto donde conectamos las ideas y decidí darle un giro total, cual trompo.

Regresando a las abreviaturas, les decía que ALV es una de mis favoritas (sin albur, no empiecen), y pensándolo por unas semanas me di cuenta que varias veces me han mandado a mí ALV.

Pero, ¿qué hay detrás de “ALV”? Pues, más de lo que nos imaginamos. Nos encontramos en un lugar nada agradable, no hay GPS, referencias, Oxxo, punto de reunión. Es un desierto donde para salir, dependes del camino que escojas y cuánto estés dispuesto a caminar.

¿Recuerdan Harry Potter y el cáliz de fuego? Es un laberinto muy complicado, a veces mortal… pero hay algo que brilla y nos muestra la salida del ese laberinto y nos da la entrada a un lugar mejor, ¿o no?

Dentro de este desierto, laberinto, isla o el lugar con el que más te identifiques, hay muchas cosas que descubrir. A veces te encuentras personas que son un pan, una bicicleta, un señalamiento, una red wi-fi, lo que sea que te ayude a sobrevivir. También, herramientas para aprender; una soga para amarrar un palo a lado de una fogata hecha de troncos que encontraste a lado de un río con agua y peces; ya tienes un lugar donde dormir, que te de calor, alimento y bebida. ¿Ves que no es tan malo?

Siendo una persona que por alguna razón se la vive en ALV me di cuenta que es un lugar en el que NO ESTÁ TAN MAL VIVIR. Porque si seguimos dándole esta mala fama de ser un infierno donde solo sufrimos, nunca podremos darnos cuenta de todo lo que aprendemos al tener la necesidad de querer salir de aquí.

Al día de hoy, agradezco a todas esas personas que algún día me mandaron ALV en cualquier aspecto. Laboral, amistad, amoroso; vivir en ALV es como un retiro espiritual, no puedo contártelo… tienes que vivirlo.

Si regresamos al comienzo de la columna, les decía que le damos más significados a las abreviaturas, y creo que deberíamos normalizar usar el ALV más de lo que ya lo usamos.

Por eso agradezco estar en este lugar, por eso me siento optimista, por eso me gusta seguir adelante. ALV no significa “A La V#%$!”, significa “Algo Lindo Vendrá”

EL ÚLTIMO PRIMER BESO

¿Se han dado cuenta de lo raro que es dar un primer beso? Y no me refiero a los de la peda o algún ligue. Ese primer beso que se siente diferente, con nervios. ¿Recuerdan ver estas series dónde practican como besar? La escena del beso en el cine es muy romántica y pasa por nuestra cabeza cuando nos toca estar en esa situación.

¿Lo hago lento o rápido? ¿Mis labios van arriba o van abajo? ¿Cuántos segundos durará? ¿Querrá con lengua? Mames, que rico sabe.

Sabes que es un buen beso cuando recuerdas ese día, ese momento, que ropa traía, la hora… en fin, todo un conjunto de imágenes. Creo es de los mejores recuerdos que existen y espero cuando sea más grande y tenga a mi familia, poder contarles a mis hijos el primer beso de su mamá y su papá.

Por lo mismo de ser tan bonita, no quiero repetirlo más, no quiero tener más recuerdos de un primer beso, es un sentimiento que mientras menos personas involucradas estén, mejor será.

Ya no quiero tener varios primeros besos, se supone que la calidad es mejor que la cantidad y por eso me limitomuchísimo para hacerlo hoy en día. Pero, no siento que cualquier beso se sienta como el primero, por eso es fácil saber reconocer cuál realmente lo es.

Ojalá pronto tenga mi último primer beso. Esos labios con lo que querré vivir toda mi vida, tener el análisis de los movimientos, cuando saber dar uno con mucho amor y otro más duradero, cuando son de acompañamiento, cariño, cachondeo, apoyo.

Quiero ver la misma foto sonrisa cada mañana, quiero oler tu aliento cuando despiertas, la combinación de pasta y tus dientes, la resequedad en el frío, sentir tu cara después de lavártela y la suavidad que tienen tus labios cuando tomas un tequila con sal y limón.

No olviden que este momento (caso de estar con la persona ideal) es un recuerdo para siempre. Si aún no lo han dado y creen que pronto va a suceder, traten de que sea una buena historia, que lo recuerden con cariños y risas, principalmente si tú tienes la iniciativa.

Que encuentren pronto ese último primer beso, y que no sea la última vez de sentirlo con esa persona

NO ME GUSTAN LAS SORPRESAS

Muchas veces escuché a personas decir que no les gustaban las sorpresas y yo pensaba “¿Cómo que no te gustan? ¡Si son lo mejor!” Pero no entendía a qué se referían. A lo mejor y se refieren al concepto general de “sorpresa”. Ya saben, una fiesta o un regalo; esas son las sorpresas que a todo el mundo creo que nos gustan, pero hay un tipo de sorpresa que con el tiempo me di cuenta que no soy fan y es de lo que quiero hablar.

Les cuento, yo adoro recibir sorpresas de las anteriormente mencionadas; los regalos o detalles sin ser un día en especial me hacen sentir muy contento porque el hecho de tomarse el tiempo de ver, analizar, hacer/comprar algo pensado para mí es muy valioso; más allá del valor económico, lo que realmente importa es la intención. Comento esto porque quiero dejar en claro a que clases de sorpresas me refiero.

Soy una persona que, siendo honesto, no recibo muchas sorpresas o al menos no tanto como lo espero. El día de mi cumpleaños es cuando más podríamos esperar algún regalo y hay veces que a lo mejor recibo dos si bien me fue, por eso no estoy acostumbrado a recibirlos; por el otro lado, yo ADORO de una manera gigantesca dar regalos. Una pulsera, un llavero, un chocolate, carta, ¡lo que sea! Me hace tan feliz hacer feliz a alguien. Mi problema es que el concepto de “sorpresa” no es tan amplio, lo limitó meramente a regalos y noticias, pero hay sorpresas que no me gustan para nada. O sea, sí, pero no el proceso de cómo llevarlo.

Soy una persona que sobre piensa todo, literalmente todo. Pero de eso hablaremos en otra columna. Tomando en cuenta esto, me precipito a las sorpresas y malamente trato de descubrir que es sin antes mencionarme que tienen una sorpresa para mí.

Analizo:

  • ¿a dónde fueron?
  • ¿qué compraron?
  • ¿qué hicieron?

Y todo para llegar a la conclusión antes de tiempo y, si acierto (que en su mayoría de veces lo hago) siento el doble de felicidad tanto por la sorpresa como por adivinar.

Mi problema surge cuando el proceso de sorpresa no es muy grato, trataré de contar un ejemplo con una historia distorsionada con la intención de que si las personas que me hicieron esa sorpresa (o no) no lo tomen de mala manera porque sé que no es su intención.

Hubo una vez que yo estaba en X lugar y me dijeron que no podrían llegar y lo único que yo estaba esperando es que llegaran. Me puse triste, dejé de convivir, estuve a nada de irme y justo en ese momento llegan y me dicen “sorpresa”. ¿¡Cómo que sorpresa!? Me la estoy pasando de la chingada porque ya no se pudo armar el plan que veníamos organizando desde hace tiempo.
Por supuesto que me enojé, pero era más mi emoción de que a pesar de las trabas y el horario tardío, pudiésemos estar en el lugar donde quedamos, lo que hizo que estuviese más tranquilo y poder disfrutar lo restante de la noche.

Puedo estar exagerando y ojalá y así sea, pero a veces los medios no son los mejores a mi ver.

Hubo otra ocasión donde un grupito donde pertenecía, cada que alguien cumplía años, los demás estábamos en un grupo de WhatsApp (sin el cumpleañero) organizando la salida. Que, si uno lleva el pastel, otro la comida etc. etc.

Para mi mala suerte, en la temporada de mi cumpleaños ese grupito no estaba en su mejor momento (creo que ya disuelto) y había ciertos problemas. Yo pensaba que aun así organizarían algo para mí porque yo siempre participo en los cumpleaños de los demás. Para no hacerles el cuento largo, no organicé nada el día de mi cumpleaños esperando a que me cayeran de sorpresa o me citaran en un lugar y ¿qué creen? No pasó absolutamente nada.

Ahora, hay escenas donde por un análisis fallido mío, siento que me caerán de sorpresa en algún lugar donde “no podían ir”. Entonces todo el camino voy con la mentalidad de que “ahorita que llegue, van a estar en esta mesa y me van a sorprender y me voy a poner feliz y la vamos a pasar muy bien” y termino decepcionándome y poniéndome triste por una situación que NADIE NUNCA dijo que iba a pasar.

No sé si tengo mala suerte o si espero mucho de los demás, si esto sea un conjunto de traumas que he estado arrastrando por otras situaciones de mi vida o que no me gusta no acertar a las ideas que tengo en mi mente. No necesito que me mientan para después decirme sorpresa, tampoco necesito falsas esperanzas de asistencias en donde yo solito subo mis expectativas. Les juro que me es más gratificante el saber que el plan original se haga y eso me dará la misma emoción (o más) de lo que me daría esa clase de sorpresas.

Creo que mi problema va más allá de ser sorprendido, principalmente por la decepción que me llevó al momento en el que las cosas no salen como me gustaría que fuesen.

Quién sabe, creo que sirvo más para dar sorpresas que para recibirlas.

Esta columna la escribí a finales de noviembre del 2023 y no se la había compartido a nadie; resulta ser que el 30 de diciembre mis amigos me hicieron una sorpresa igual o mejor de lo que a mi me gustaría y me encantó.

Si eres de las personas que no recibe sorpresas como yo, espera a que llegue una. Tus amigos de verdad tarde o temprano harán algo por ti y será un momento muy feliz. Todos merecemos sorpresas.

Gracias por cambiar mi idea de las sorpresas.

Gracias Ainoha, gracias Joanna, gracias Ana, gracias Jair y gracias Ali.

Hola Hugo

Cada cuatro o cinco meses, paso por una estación de mi vida en la cual trato de convencerme de que tengo amor propio. Siempre termina siendo lo mismo, pero esta vez siento que las cosas son muy diferentes. Me he podido dar cuenta de que ni siquiera yo me conozco y el nuevo ejercicio que tengo es realmente saber quién soy.

Odio las alarmas; es un mal necesario del que uno depende al no saber organizar tu tiempo. Una semana que estuve trabajando mucho y que empecé a dejar de pensar tantas cosas noté que amanecía de buenas y era porque no tenía una alarma que me obligara a levantarme de la cama. Cuando regresé a casa quise mantener eso y me ha servido mucho para disfrutar mis horas de sueño.

Me gusta verme bien; sé que no soy la persona con el estilo más cool pero últimamente he intentado minimizar las opciones de ropa y empezar a darle prioridad a las cosas nuevas. No me quito la misma gorra en toda la semana, me fajo diferente y me pongo calcetas que tienen un par. Eso me hace sentirme más contento conmigo y me da una estabilidad de no andar buscando a las prisas que funciona y qué no.

Encontré las hormigas rojas de mi vida: siempre pensar en qué tengo que pagar la tarjeta, el no arreglar el caballete de la moto, el sacar la caja de los gatos, el no tener el cuadrito de mi cargador. Son cosas que si les dedico 10 minutos o menos puedo quitarme un gran peso de encima.

La comida hecha en casa me hace feliz; no es que no me guste comer tacos o hamburguesas, pero no es lo mismo comer encerrado en mi cuarto a poder disfrutar un plato de comida con la gente que quieres; poder pasar un salero, servilleta o ayudar en algo.

Me gusta mucho usar punto y coma; es una pelea constante de saber si lo estoy escribiendo va en el momento indicado. Me hace darles una pausa a mis pensamientos y ver si lo que digo está siendo correcto.

Me divierte mucho ver mis historias de Instagram; siento que en un futuro serán el equivalente a las fotos que mis papás y abuelos, me enseñaban de sus vidas y no tener que imaginar cómo fue, teniéndolo al alcance de tus ojos. Ahora con mayor razón grabo y grabo.

Estoy teniendo gustos semanales; la semana pasada fue MIÉNTELE y SERPIENTE de Junior H, esta semana es No soy Eterno de Milo J. Tengo mucha curiosidad de saber que será la próxima semana, como para que defina mi estado emocional.

Tengo un problema con ver tu foto de WhatsApp siempre, saber estás escribiendo un mensaje o si estás en línea. Es un hábito muy malo, pero yo estoy trabajando en él.

Creo que es un gran ejercicio y seguiré aprendiendo cada vez más cosas de mí, así logró detectar mis esas cosas que poco a poco me hacen disfrutar (o no) cada día que tengo y se siente bien darme la oportunidad de conocerme y se siente bien verme al espejo y decirme un “Hola Hugo”.

GOOD GAME

Mis días han sido un diluvio de emociones donde no pertenezco a ninguna específicamente. Hay felicidad a ratos y tristeza a montones, en el momento donde creo que estoy saliendo adelante volteo a ver si te has arrepentido. El corazón se siente como una herida, donde cada brisa es un raspón que me lastima y lo peor de todo es que no tienes ni una poca de idea de que se siente estar de este lado.

Busco mil y una maneras de no culparte; quiero argumentar tus acciones con las mías queriéndote dejar bien por si un día piensas regresar y por más que lo intento, ya no puedo. Me has roto el corazón, no soy ni seré el mismo que quise ser. A veces me arrepiento por darlo todo, por querer ser suficiente y nunca poder cumplir tus expectativas.

Definitivamente no fui yo, porque te demostré todo lo que hay en mí. No había persona que supiera más de mí que tú, incluso necesitaba preguntarte sobre mí de lo perdido que estaba y como era costumbre, no tenías la respuesta.

Me hubiese encantado que fueras tú, pero tienes otras metas. El vivir la vida, rodearte de malos consejos, ser la carita linda. Pero nada de eso importará al final, porque el amor no se basa en eso, el amor se basa en luchar y luchar, no en rendirte.

Se que esas mentiras eran para no sentirme mal, pero tan mal me han tratado que es imposible hacerme de la vista gorda. Por eso sé que cuando te vas es porque hay alguien, esas flores que claramente eran tuyas, que usabas las mismas frases que usabas conmigo, el ocultarme con quién estabas, el no responder en las noches como si no existiera.

Yo fui exclusivo y no te importo, porque si todos los planes fallaban, sabías que ahí siempre estaba Hugo dispuesto a dejar lo que sea que estuviera haciendo por hacerte segunda en lo que se te ocurriera. Sinceramente esperaba más, pero no puedo pedirle a nadie que me quiera y enseñarle el lado bueno de ser un equipo.

Las comodidades a las que te acostumbraron te convirtieron en algo que no eres y no te molesta, porque siempre y cuando tú pidas y te respondan, ahí estarás. Me hubiese gustado que fueses clara, que este juego puede ser de dos y no quisiste porque sabías que podrías salir perdiendo. Al final, las cartas, la mesa y el mismo juego eran tuyos y no había manera de tener una ventaja sobre ti.

Cada día es más difícil, y espero te des cuenta del mal que te estás haciendo. Ya ni siquiera es por estar conmigo, necesitas amarte de verdad y entender que no todo lo que diga la gente importa. Que hay una luz al final y antes de llegar tienes que hacer muchos sacrificios porque las cosas tienen su precio.

Tengo mucho resentimiento, tantas cosas que decir y reclamar, no merecía ser tratado así, pero a lo mejor mi karma es esto y tú no eres culpable. Ojalá esto no se vuelva en el tuyo, porque eres una persona que merece ser feliz, pero feliz de verdad… no esa falsa idea de felicidad que tu alrededor te hace creer que es la correcta.

Ojalá nunca te fallen, ojalá encuentres el amor que necesitas, ojalá y nunca tengas que dormirte llorando y pensando si eres suficiente, ojalá nunca tengas que rogar por migajas de amor, ojalá te valoren, ojalá y tengas una vida digna. A pesar de todo, te deseo lo mejor, pero si un día llegas a tener alguno de estos sentires, acuérdate de mí, que los viví día a día por tanto tiempo, esperando que un día me amaras tanto como yo te he amado.

Te dedico la última bendición, el último abrazo a distancia y el último beso. Espero Dios, el destino o el diablo te hagan abrir los ojos y que nunca sea tarde para hacer las cosas correctas.

Gracias por convertirme en esta nueva persona, a lo mejor era necesario este dolor para darme cuenta cuales son mis límites y si tu paso por mi vida era para hacerme mierda, te agradezco haberlo hecho tan bien.

Bien jugado y muchas gracias.

Las orillas no son para cualquiera

El otro día en una plática me di cuenta que a todo el mundo le gusta la pizza. Algunos de pepperoni y otros de hawaiana, algunos con champiñones y otros de jamón, mexicana, o puro queso.

¿Se dan cuenta? Todos somos Pizza.

La primera mordida siempre es la mejor, empiezas a detectar los sabores y sabes si a la segunda le vas a poner alguna aderezo o salsa. Conforme vas avanzando va siendo más grande el tamaño y más cantidad de ingredientes. Pero llega un punto donde antes de terminarte la pizza y estás pensando en cuál va a ser la siguiente.

¿Se dan cuenta? Todos somos Pizza.

A veces, no todas las Pizzas son iguales, por ejemplo, la casera contra la comercial, la que tienen especialidades o son tradicionales, la que tienen algún aderezo en específico.

¿Se dan cuenta? Todos somos Pizza.

Y al final de cuentas, todas las Pizzas tienen orilla, y hay personas que deciden comerla con orilla de queso, comérsela o dejarla ahí.

¿Se dan cuenta? ¡Todos somos Pizza!

El adentrarte a conocer a una persona más de lo que está normalmente permitido, se convierten en las orillas de la Pizza. Empiezas a ver un verdadero carácter, dónde están los problemas, los defectos o contras de las personas. Y hay personas que se toman el lujo de ponerle orilla de queso, sabiendo que el precio va a ser más alto. Un chingo de personas simplemente las tira, sólo les importa el lado bueno de la Pizza, porque al momento que llegue a la orilla, agarrarán otro pedazo sin dudarlo.

Y estamos otros, que cuando ya sabes que disfrutaste la parte buena, viene la parte difícil, donde equilibras el valor de las cosas y el ser justos.

Esa parte en la que te das cuenta que eres un egoísta al solo querer pasar por el camino pavimentado. Empiezas a ver que a veces el camino ruidoso es más seguro.

Todos tenemos orillas, las Pizzas que no tienen son una estafa. Y creo, todos, deberíamos estar orgullosos de tener una Barrera que nos permita ser más selectivos; si me dejas darte un consejo, te diré: “las orillas no son para cualquiera”.

UN PERDÓN NO PEDIDO

Conforme creces, vas encontrando tus prioridades y eliges tus batallas, te das cuenta que las cosas que antes te molestaban, ahora simplemente te dan igual y que pasaste mucho tiempo desgastándote por problemas que tenían soluciones. Antes tenías una pelea en la que quería salir ganador, y ahora si perdiste no importa, ya con el tiempo descubres si tenías razón o no en todas las preguntas que te hacías en tu mente.

No tienen el derecho a hablar de mí porque ya no me conocen. Soy una persona distinta. Podré ser mejor o peor, pero ya no soy quien conocieron; aunque es doble moral de mi parte, sentía que yo sí tenía ese derecho.

Después de tantas peleas, indirectas, malas versiones, traiciones y mucho resentimiento abrí los ojos y me di cuenta que gracias a todo eso he podido tener una mejor selección de mis nuevas amistades y relaciones, donde cada vez tengo más filtros y empiezo seleccionar con quien puedo confiar y quien no.

Y dentro de este proceso también llega la reflexión, a pesar de hablar de mí sin conocerme, tienes una buena versión de lo que fui alguna vez. Por eso es que hoy te doy un perdón que no me pediste. Si te lo digo o no, no cambiará nadie en tu día; creo que ya fue suficiente tantos malos recuerdos y lo mejor para pasar página es dándote un perdón desde lo más profundo de mí. Todos tenemos un límite y creo que yo llegue al mío.

Ya no me interesa tener la razón, ya no me interesa ser el bueno de la historia, ya no me interesa ganar esa pelea, sólo quiero salir adelante y dejar atrás todas esas pequeñas situaciones que me tienen atrapado. Creo que tenemos la bandera blanca enfrente de nosotros, y es momento de quecada uno del otro lado del terreno la levante y empiece a ondearla.

No espero que compartan mi idea, tampoco digo que sea la más buena y por supuesto que no espero una disculpa, simplemente que ya me cansé de no darle fin a esto.

Buena salud, buenas vibras, buena vida.

Me merezco algo mejor

El constante pensamiento narcisista que tenemos de siempre merecer más es algo que tenemos todos, no importa para qué es. Puede ser un mejor celular, un mejor auto, un mejor par de audífonos, trabajo, amistades y relaciones.

¿A quién no le ha pasado ese pensamiento? Claro que lo hemos hecho, nos hace feliz conocer una alternativa con características nuevas y con más tiempo de vida. Incluso en las tortillas de la comida, cuando compras el lunes y te sobraron para el martes, pero como puedes comprar el martes consigues unas nuevas y las sobras del lunes se convierten en basura, así como al día siguiente se convertirán las del martes y luego miércoles. Bueno, aunque sea un ejemplo entendible, no puede ser así de simple.

Verán, esto lo estoy escribiendo desde un momento personal donde ya estoy cansado de escuchar un “mereces algo mejor” y me estoy dando cuenta que no quiero ese algo.

¿Para qué quiero el iPhone más nuevo si el que tengo me funciona perfecto? ya lo conozco y soy muy rápido con él. ¿Para qué quiero un reloj más lujoso si el que tengo me sirve para lo mismo e incluso puedo contestar llamadas? ¿Por qué voy a querer un cargador nuevo si este funciona al 100?

A veces estas cosas nuevas y mejores requieren de un mayor esfuerzo. En los carros podría ser un mantenimiento más costoso o más consumo de gasolina, en el trabajo más tiempo laboral y menos tiempo para la familia, en amistades con tenerlos más lejos de donde estás. ¿Entienden? Todo conlleva a sacrificios.

La razón principal es por el amor, siempre ha sido el amor lo que más me mueve y me impulsa a hacer cosas. He vivido muchas cosas con diferentes personas, unas mejores que otras. A lo mejor una era más bonita, otra era más inteligente, la otra me entendía mejor; pero al final y en la mayor parte de los casos, recibía un “mereces algo mejor”. Ese “algo mejor” representaba un sacrificio en otra área.

Se que este comentario viene desde el apoyo de la gente que me aprecia y lo dicen porque sé que me desean cosas buenas, siempre lo vi así y sé que es su intención hacerme sentir bien; pero… ¿y qué pasa si no quiero algo mejor? ¿Está mal querer manteniéndome con los “defectos” que pueda tener? ¿Si estoy bien aquí, para qué moverme?

Seguro hay una mujer allá afuera que me entienda, que sea más amorosa, participativa, bonita, ¡QUÉ SÉ YO! Pero me cansa siempre tener que buscar lo mejor. Comoquiera ya sé cómo te enojas, sé qué te puede poner feliz cuando te sientes triste, ya sé qué te gusta ver mientras comemos, hasta sé que comprarte cuando no sabes qué comer.

No me importa si no eres algo mejor porque yo tampoco lo soy; sé que habrá mejores hombres con un buen carro, estabilidad económica, una nacionalidad diferente, un pito más grande, más fuerte o más inteligente; pero sé que soy una buena persona que puede hacer que tú tampoco quieras “algo mejor”.

No quiero una sonrisa nueva, no quiero un mejor cuerpo, no quiero alguien que me dé más atención… yo te quiero a ti.

Así que la próxima vez que me quieran decir que merezco algo mejor, que se lo ahorren; porque lo mejor para mí, eres tú.

EL VASO DE AGUA ES MUY GRANDE

Muchas veces hemos tenido un sentimiento de estrés, agobio, preocupación y tristeza por una situación que estamos pasando en nuestra vida; es imposible no pasar por algo así por más organizados que estemos.

¿Cuántas veces no hemos escuchado “te estás ahogando en un vaso de agua”? Estas palabras sirven principalmente para minorizar nuestro sentir disfrazado de un “bueno, no te va tan mal”.

Por ejemplo, el otro día yo me sentía muy preocupado porque tenía que hacer un pago de $1500. Pensé: “¿en cuánto tiempo me costará equilibrarme económicamente de ese gasto que no tuve en cuenta?”

Se que algunos van a decir “¿$1500? Eso no es nada, la próxima semana lo recuperas.” A lo mejor y sí, pero… tengo más gastos. Tengo unos gatos que tienen que comer, un plan telefónico que pagar, el Spotify premium, la mensualidad del gimnasio, la gasolina, los didis, el Netflix y todas esas plataformas. Ya sé, suena bien tonto. Pero, es verdad.

Estoy seguro que tienes una preocupación en este momento. Algún proyecto escolar, algo del trabajo, una deuda económica, una situación amorosa, se te rompió una uña, no encuentras un par de calcetines, se te fue el agua, no has lavado ropa, se te acabó el shampoo… da igual que sea, te está haciendo pasar por un mal momento. Y quiero decirte que SÍ IMPORTA.

Todos piensan que porque no estás tan jodido estás bien, y no. Sé que hay gente que debe MUCHÍSIMO dinero, gente que tiene que mantener a su familia: a lo mejor no tienen un buen ingreso económico y que la están pasando mal, pero eso no quita que yo no la esté pasando mal. Llámalo problema primer mundista si quieres, pero en MI MUNDO me está afectando y estoy cansado de que hagan menos mis problemas solo porque alguien más en alguna parte de este planeta la está pasando peor. ¿Ahora tiene que irme tan de la chingada para que sea válida mi queja?

Con esto quiero decirte que NO MINORICES TUS PROBLEMAS. Tienes tu vida a la manera que mejor te convenga y habrá cosas que para terceros sean cosas equispero para ti sean muy importantes. Ojalá puedas solucionar todo eso, porque nadie sabe que tan grande es tu vaso de agua.

LA PODEROSA AGUA DE CALZÓN

Que vulgar y bella es el agua de calzón; tan efectiva, funcional y peligrosa a la vez. ¿sabes lo que es?

Para los que no conozcan este término, según una IA: “el agua de calzón puede ser entendido como una metáfora de la obsesión o el enamoramiento enfermizo. Es una expresión de la necesidad de estar cerca de la persona amada, incluso a costa de uno mismo.”

Vaya, utilizamos este término cuando vemos a alguien muy enamorado, tanto que a veces nos saca de onda el como unapersona que es fría, seca y con pocos índices de afecto emocional/físico llegan a tener actitudes tan románticas por una otra.

Se piensa que la persona amada hizo un elixir combinando agua natural y una prenda interior suya (preferentemente usada). Después se la da a su pareja (o víctima) y listo, queda enamorada. En ocasiones extremas donde el destinatario ha sido inmune a esta pócima de amor, se recomienda que “beba directo del pozo” (esto no pienso explicarlo).

Todo esto es una simple metáfora, un cuento de la sociedad y no dudo que haya un selecto grupo de personas que realmente piense que esto funciona, pero siguiendo con esta idea quiero hablar de algo.

El agua de calzón, en efecto, se supone es para enamorarse de una manera desenfrenada de otra… pero en unos de mis viajes a HUGOLANDIA, me hice la siguiente pregunta: “¿Qué pasaría si yo bebiera de mi propia agua de calzón?”

Ni empiecen con que “que asco no manches”, sigan el viaje. Imagínense que ingerimos esta bebida y de la nada empezamos a creer más en nosotros; aceptamos nuestro cuerpo, le perdemos el miedo a usar tal outfit, cantamos en los karaokes sintiéndonos Luis Miguel o la mismísima Jenni Rivera.

Sería increíble que pudiéramos hacer eso, que con un shot de eso de la nada nos queramos un chingo y empezáramos a hacer todo eso que siempre hemos querido hacer… pues te tengo una excelente noticia, a eso se le llama AMOR PROPIO y es muy bonito.

Dejemos de pensar en como hacerle para enamorar a una persona, eventualmente te querrán por lo que eres y no por todos los cambios forzados, tampoco buscar una aprobación de la familia o amigos en decisiones que a ellos no les incumben; mejor, chíngate un trago de TU PROPIA AGUA DE CALZÓN y empieza a quererte tal y como eres.

INSTURCCIONES DE USO:

Recuerda que la elaboración de esta bebida no es perfecta a la primera; se necesita hacer varios intentos y modificaciones. Así como cuando le pones más azúcar al agua de limón.
 
El uso constante esta bebida es necesario, con un solo trago no es suficiente para que todo funcione.
 
Es un proceso difícil, no por tomarte un jarabito una vez significa que ya se te va a quitar la tos.
 
Evita el exceso, el objetivo es que tengas más amor propio, no que te vuelvas una persona narcisista o agrandada.
 

*EN ESTA COLUMNA NO ESTAMOS INVITANDO A QUE LITERALMENTE HAGAN UNA AGUA DE CALZÓN, ENTIENDAN QUE ES UNA METAFORA*

¿Cuál es tu color favorito?

Bienvenida, siéntete cómoda. Tengo un par de cigarros y una buena charla.

¿Te puedo ofrecer un café? Podríamos hablar desde la una hasta las diez. ¿Qué tanto misterio escondemos que nos hacen sentir un interés? He sido malo, bueno, cursi a la vez… mil y un cosas que pronto te contaré. Pero, antes de iniciar necesitas saber que una vida antes de ti tuve y después de ti tendré.

Mi familia no es muy diferente a la tuya; tíos, primos, unos papás. Anécdotas de mis antepasados que un día nos va a tener que tocar contar; con la diferencia de que las épocas cambian y hay cosas que pueden mejorar me dispongo a que las conozcas de “pi” a “pa”.

He tenido otras relaciones, donde la situaciones eran muy distintas, en algunas funcionaban pero carecían de empatía, le faltaba melodía, a lo mejor el amor en ese entonces no me correspondía… sin embargo, con el paso de los años me he de haber vuelto un atractivo punto para esa energía que tarde o temprano llegaría.

Ahora, de pronto nos cruzamos en esta vida donde al encontrarte me sentí en frenesí, querer decir cosas que no puedo decir, una situación perfecta para que en algún momento pueda decir que encontré lo que quería justo frente a mi.

Espero en algún momento saber algo más de usted. Si te duele la espalda, si te gusta la música o tienes posters pegados en la pared; si tus sueños le metes esfuerzo o si tienes algún tipo de fe, y quizás algún día poderte preguntar de frente: “¿cómo te llamas?, ¿qué te molesta? o ¿qué te gusta hacer?”

Ahora no hay nadie como tú y sinceramente no quisiera saber si hay más. El amor que siento cuando podemos hablar es muy diferente cuando hablamos de una conexión particularmente genuina donde, en algún punto podremos darle paso a ese epílogo tan duradero y pasar al capítulo dos.

Quiero conocerte y saber todo de ti, pero no quiero soñar ambicioso. Tendré que esperar, que el tiempo y el destino decidan cuándo llegar sin necesidad de llegar a ser pretencioso; un proceso que no sabremos si tiene conclusión, ¿estarías dispuesta a arriesgarlo todo por un amor? intenso, loco o algo mejor tonto, pero real, honesto y de verdad.

Por ahora acepto mi lugar, mis ganas de entenderte en una totalidad es un trabajo duro pero bonito. Cuéntame, ¿estás bien? ¿quisieras hablar? ¿estás llorando otra vez en el piso? Perdona la confianza, no puedo perder los detalles precisos. Cuéntame tu día, que piensas y si sientes lo mismo o más personal aún… ¿cuál es tu color favorito?

HABLANDO EN TERCERA PERSONA

Elmo, el personaje de Plaza Sésamo nos dejó muchos aprendizajes. Contar, los colores, el abecedario, figuras y en lo personal, hablar en tercera persona.

Una vez me dijeron “te gusta hablar en tercera persona, ¿verdad?” y me di cuenta que sí. ¿Por qué lo hago? Muy sencillo. Te ayuda a no justificarte y contar mejor una historia. Dejar de ser el protagonista por un momento y te ayuda a darte cuenta de lo que estás haciendo.

Imagínense un chiste, “estaba Hugo en la escuela y le dice a la maestra…”

Déjenme contarles una historia:

En el 2021, estuve aprendiendo a manejar; esto lo hice en una ciudad mucho más grande, costosa, con más trafico y avenidas que en la mía. Una vez, me iba a quedar solo y no tenía amigos allí. Un tío me ofreció tomar su carro si lo llegaba a utilizar para salidas cercanas… un Oxxo, el mall, un café o quizás al super.

Para este punto, yo ya tenía la noción de como era manejar, pero la mayoría de las veces había alguien de copiloto que me enseñaba y me aconsejaba, a veces iba solo, pero por enfrente iba ese alguien en otro vehículo cuidándome.

Entonces, esa noche decidí salir con unos primos que estaban a unos 16 kilómetros aproximadamente. El DiDi me salía EXTREMADAMENTE caro, así que opte por tomar el carro de mi tío e ir a la reunión. Obviamente tuve que pasar por avenidas complejísimas, usando un GPS sin saber si iba por el carril correcto, dando vuelvas donde correspondían, a oscuras y lo peor… sin licencia de conducir.

Logré llegar al punto de encuentro, con mucha ansiedad y miedo. Tomamos, obviamente no me iba a arriesgar a salir en ese estado a manejar. ¿Saben en cuanto están las multas por manejar en estado de ebriedad y más las consecuencias de hacerlo sin licencia en una ciudad así de grande? Borracho pero buen muchacho.

Pasamos la noche, metí el carro a la cochera y me fui a dormir; el cuarto donde me quedé no tenía ventanas, por lo que siempre estaba oscuro y perdí la noción del tiempo y me desperté confiado que aun era temprano y estaba equivocado.

Me terminé regresando a casa todo modorro, con mis tíos a punto de llegar y sin saber donde estaba el carro y yo. Llegué a destiempo y se dieron cuenta de que no estaba ahí. Les conté todo descaradamente y lo siguiente que me dijo mi tía fue “bueno, ahora lo que sigue es que saques tu licencia”. Pasé una prueba a la mala y después de eso obtuve mi licencia.

Ahora les pregunto, ¿a poco no esta bien chida la historia?, pues… no. Suena como algo “cagado”, que solo me pasaría a mi e incluso una gran anécdota. Pero, si la leemos en tercera persona nos daremos cuenta de que tantas cosas mal hice.

No me enorgullezco de lo que hice, estuvo muy mal y merecía un castigo; en su momento me hizo mucha gracia, que son unos amargados, no paso nada y que pues estoy chavo. Ahora es algo de lo que me arrepiento mucho y lo descubrí hablando en tercera persona.

NO HABLÉ MAL DE TI

No creo que necesite disculparme por lo que sientes, ambos hemos sido villanos en la historia del otro y hemos tirado nuestra mierda. Eventualmente cada quien logró encontrar un refugio en algo y me alegró que logremos avanzar al ritmo que cada quien maneja.

El destino ha sido muy amable para no toparnos ni encontrarnos por más pequeña que sea la ciudad y hasta parece que hay alguien tomando nuestras decisiones de cuando irnos de un lugar o decidir ir a otro. Por un tiempo me puse a pensar “¿cómo es que de pensarte a diario pasé a ser tan desinteresado cuando dicen tu nombre e incluso bromear sobre la situación?”.

No siempre podemos evitar el recibir información o preguntas sobre el otro; que me llegan por personas que conozco y los que no, pido de favor que no lo hagan y eso ha sido un buen limite.

El otro día quería saber que era lo que pensabas de mí. Si me recuerdas como un buen amor, una gran amistad, un personaje de desarrollo importante o la persona más repugnante que pudiste conocer. Eso me hizo reflexionar sobre si he sido una buena persona durante y después del tiempo compartido, creo que me he mantenido al margen… bueno, a veces.

Cada quien tiene su versión y se que los tuyos te apoyan y los míos a mí, pero ¿qué tan mierda soy en la boca de otra persona? y, ¿qué tan mierda eres en mi boca?

Ya estamos grandecitos para jugarle a las indirectas, me da igual lo que hagas y espero sea mutuo, solo deseo que te vaya bien con las decisiones que tomes en tu vida. Nunca te voy a desear el mal, al contrario; espero y logres todas esas metas que alguna vez me contaste. Ojalá y si consigas ese trabajo que siempre has querido, que tu familia este bien y que nunca te falte nada. Sí súfrela, te mereces noches en vela preguntándote que es de ti.

De cierta manera te debo agradecer porque gracias a las cosas buenas y malas que me hiciste pasar, me forjaron a aprender a ser quien soy; a poner límites y saber cuándo algo vale la pena.

Solo quiero dejar en claro algo, yo nunca hable mal de ti. ¿tú tampoco?, Cool. Supe por terceros, escuché tus audios, leí con mis ojos lo que escribías de mí y no te equivocas. Quesí, soy un egoísta, intenso, un niño de mami, inmaduro, un loquito con problemas mentales.

Al menos puedo reconocer que ya no mientes tanto. Pero, así como tú, yo tampoco mentí. Hice lo mismo que tú; contar mi versión. También has sido culerita; lo que hice fue contar lo que tú hiciste.

Si vienes a mojar mi cuaderno con mi tarea, si manchas mi uniforme del trabajo, si dejas abierta la puerta para que se salgan mis mascotas, si me desconectas el internet cuando estoy en algo importante y lo cuento, ¿estoy hablando mal de ti?

No te equivoques, no estoy hablando mal de ti, estoy contando las cosas que sucedieron y eso no significa que yo esté hablando de más; en realidad, tus acciones están hablando por ti.

Si en un futuro no quieres que “hablen mal de ti” deja de lastimar a la gente, deja de creer que tienes la razón y piensa en qué la estás cagando.

No es regaño, disculpa, consejo, advertencia no es enaltecerme porque para llegar a este punto donde escribo las cosas como son, es porque ya me lo dije a mi.

No somos las víctimas, no somos tan importantes, no dependemos del otro y no me interesa más ser enemigos ficticios, solo quería dejar en claro que yo nunca hable mal de ti, ¿tú lo hiciste?

NUNCA ES TARDE PARA CERRAR CICLOS

Si estás leyendo esto por que te llamó la atención el título, estoy casi seguro que es porque tienes un ciclo que no has cerrado. ¿Amoroso, familiar, personal o laboral? No pasa nada, es igual de importante.

Primeramente, quiero felicitarte por tratar de hacerlo; hay mucha gente que se queda estancada y a diferencia de los demás, buscas solucionar esto. ¿podemos hablar en un ámbito general que es un cierre de ciclos?

A mi ver, un cierre de ciclos es más que “dejar esto atrás y seguir adelante”, siento que es más un “me di cuenta que tengo que hacer un cambio drástico que me saque de mi zona de confort y me haga sentir como una persona nueva”.

 Hay gente que deja de fumar; se mudan de departamento, ciudad o país; comúnmente la manera más fácil de reconocer que alguien esta pasando por este acontecimiento es cuando se cortas el cabello. Yo hice varias cosas para sentir este cambio, pero la más importante y culminar con el cierre fue haciendo lo último.

Durante la hora y media que duró esta travesía, no me pasaba por la mente la locura (que al menos para mi) sería este cambio. La pregunta fue, “¿Qué ciclo estas cerrando?”; tranquilamente mi respuesta era “no sé, pero lo necesito”. Toda esa noche me puse a pensar sobre cual era realmente la razón y llegué una conclusión.

Para darles más contexto (y sin que se la traguen sin pretexto) quiero explicar algo:
Oficialmente el ultra proyecto de Hugo con cabello largo nació por un gusto personal que traía desde niño, eventualmente me di cuenta que cuando llegase el momento de cortar el cabello podría hacer algo con el excedente y eso me motivó a mantenerlo por mucho tiempo.

Tengo 24 años y empecé a dejármelo largo (sin rebajes, tintes de cabello y tratamientos) a partir del 2019; en este año (2023) concluyó esto. Fueron 3 años y medio aproximadamente.

Pasaron muchas cosas en esos años, demasiadas; no podría hacer una lista por tantas cosas que sé que inconscientemente omitiría, pero si tuviera que mencionar algunas: Muchos viajes, mudarme temporalmente de ciudad, tener/terminar una relación, aprender a manejar, encontrar mi pasión, adoptar a mis mascotas, saber quienes son mis amigos, descubrir nuevas facetas, valerme por mí solo, saber que es la ansiedad, ir a terapia, conocer quién soy, dar la bienvenida a nuevas personas, etcétera.

Los últimos 10 meses, mi vida ha estado en una montaña rusa con muchas subidas y bajadas, he llegado a un punto donde decidí que debo despedirme. Esta despedida no es física, ni de ustedes ni de nadie más que de mí. Me asqueé de este Hugo, cargando con responsabilidades que no me corresponden, de fingir que todo esta bien, de forzar las cosas y de querer vivir en cuarenta y tantas semanas 5 años de vida.

Hice muchos cambios para tratar de tachar la casilla de “cierre de ciclos” pero ninguna fue tan satisfactoria como esta. Fue aceptar las nuevas vivencias, dejar atrás las cosas malas y aprender a perdonar, aceptar mi culpa y seguir.

Fueron tantas cosas en donde me di cuenta que no soy el mejor ser humano y que he llegado a ser cruel, aunque me pinte como la persona más amorosa del mundo. Donde se que no siempre tendré la razón y que siempre tendré aprendizajes.

Por eso lo hice, porque quise más que darle la vuelta a la página, escribir en otro cuaderno. A veces pienso que debí hacerlo antes, luego pienso que podía aguantar más y también que lo hice en el mejor momento. Cualquiera de las 3 decisiones era correcto, porque lo decidí yo, aún así me tarde 10 meses; una semana; 2 años.

El mayor aprendizaje que tuve fue, que no siempre debes hacer un cierre de ciclo inmediato; a veces necesitamos sufrir situaciones, conocer el dolor y eso nos prepara para el futuro.

Se que tienes problemas, ojalá y los soluciones. ¿En cuanto tiempo? No lo sé, no te puedo decir pronto o que sufras hasta el final. El momento correcto será cuando estés listo/a, cuando sientas que es suficiente y tengas la valentía de afrontarlo y escribir un nuevo capítulo. Quizás con un nuevo look, a lo mejor con un cambio de ciudad o dejando de fumar, a lo mejor encuentras algo más significativo o con un simple cambio de sabanas, da igual; lo único que importa es que sepas que nunca es tarde para cerrar ciclos.

NO ES TU CULPA QUERER SER FELIZ

Que triste es querer cumplir las expectativas de terceros, no poder ser libre y hacer lo que quieres. Esperan seamos la versión perfecta que ellos no pudieron; a veces incluso seguir un mal ejemplo porque a esas personas les funcionó.

Cuando era mi momento de entrar a una universidad, me preguntaron que quería estudiar; recibí el comentario “de eso te vas a morir de hambre”.
Cuando me tatué, me dijeron que jamás conseguiría un trabajo porque no contratarían a un “pandillero”.
Cuando me perforé, escuche muchos “tú no eres mujer para andarte haciendo eso”. ¿Te digo que hice? Lo que tenía que hacer… lo que yo quiero.

Muchas veces mantenemos amistades por la cantidad de tiempo que llegamos a conocer a alguien, relaciones forzadas por no iniciar de cero y aguantar familiares por el hecho de compartir sangre.

Vulgarmente, una vez dijo una ser anónimo/a “cada quien hace de su culo un papalote”, y creo es la manera más coloquial de decir “Cada vida es un mundo y uno es libre de tomar sus decisiones”. Eso lo he llevado por mucho tiempo y la manera en la que me doy cuenta de esto es cuando veo a personas cercanas haciendo cosas que no les gusta o están en un lugar donde no crecen.

Estudia lo que más te apasione, gasta tu tiempo en tu hobbie favorito o saliendo con tus amigos, haz los cambios físicos que se te antojen, en fin… sé tú.

No debes disculparte con nadie por escoger tus batallas, ni tus papás, ni tíos, ni pareja, ni amigos, ¡QUE SE JODAN! Rompe esa amistad donde siempre ellos son uno más que tú, deja de hablarle a ese familiar que siempre te hace ver como un rebelde sin causa, termina esa pinche relación de una vez por todas si no te valoran ni respetan.
Habrá personas nuevas en tu vida; personas que llegan a demostrarte en 2 meses más apoyo que amigos de la infancia, una familia nueva donde jamás te van a juzgar, una persona que te querrá con todas tus virtudes y defectos.

Tampoco te estoy secundando que todo lo que hagas está bien; te estoy invitando a que tomes tus propias decisiones sin importar lo que otros digan siempre y cuando no te hagas mierda, esa es la constante inquietud en los últimos años y estoy harto de verlos con tanto brillo y talento siendo desperdiciado por no aferrarse a lo que quieren. Dejen de querer no decepcionar a los demás y piensen en no decepcionarse a ustedes.

Recuerda, no es asunto tuyo que otros no hayan cumplido sus sueños, no te corresponde ser la mejor versión de alguien que no seas tú y lo más importante… no es tu culpa querer ser feliz.

Sanando lo que no rompimos

Desde el día que decidí empezar a escribir columnas he tenido esta idea en mente y jamás le encontraba una dirección porque en mi cabeza hay muchas extensiones sobre este punto. De inicio, fue pensado por el cómo una persona nueva en mi vida llegó a hacer más amena la forma de superar mi anterior relación; con mi mejor amiga cuando sufrimos una ruptura amorosa y últimamente con nuevas amistades con problemas personales. Llegué al punto en el que encontré más de un significado sobre este tema y me siento capaz de poder hablar de esto con seguridad.

Hemos crecido y nos damos cuenta que el amor es más que manitas sudadas como en la secundaria; que después de terminar con Marianita o Pepito podían pasar dos días y todo estaría como si nada. Ahora el amor no solo queda en el ámbito personal; aprendimos que amar al prójimo es algo tan necesario e importante.

¿Alguna vez has dicho “si le rompes el corazón a mi amigo/a yo te rompo tu madre”?
¿Has sido el hombro para llorar de alguien?
¿Armaste algún plan para que alguien que quieres se distraiga después de una situación triste?
Si tu respuesta fue Sí a alguna de estas cosas, quiero darte la gracias por pensar en alguien.

No todo es buena onda, debes tener mucho cuidado al entrar aquí. Mucha gente te va a decir que tienes complejos de salvador, que quieres quedar bien o que mejor te preocupes por ti, y sí, posiblemente tengan razón en alguna de estas situaciones. Pero, ¿a poco no se siente bien ayudar a los demás? Estamos hablando de un ser humano que fue lastimado y definitivamente no te corresponde sanar a otra persona; a veces, al ayudar a sanar a alguien más te ayudas a sanar a ti.

No estamos hablando de sacar provecho, estamos hablando de lo jodido que es estar en cualquiera de los 3 lugares: victimario, victima y sanador.

Aunque no lo creas, alguna vez en tu vida has sido parte de los 3 personajes. A veces serás el malo, a veces el lastimado y en otras, el que cura.

Tenemos que entender que no sanamos a otras personas con la intención de un agradecimiento eterno, a veces la persona que está queriendo sanar termina desechándote cuando ya no te necesita y ahí se convierte en victimario y tú en la víctima.

Ahora, persona triste y lastimada… es tu turno de salir adelante y también tener un poco de responsabilidad afectiva. Trata de no joder a las personas que vayan a llegara salvarte. También tienes que cuidar el NO DEJARTE CUIDAR POR CUALQUIERA. Porque después puede llegarse a convertir en una dependencia de donde podrías salir más lastimado/a.

Recordemos que todos tenemos sentimientos, y que a veces nos va a tocar estar en cualquier posición. Es importante saber como hacer las cosas bien sin joder a los demás. Hay que saber cuando estás ayudando y cuando estás de sobra, no hay que ser mal agradecidos y tampoco resentidos. Eventualmente llegará alguien que sin buscar nada a cambio, te llenará el corazón y podrán ser una gran amistad, una pareja o simplemente… un personaje de desarrollo.

Sigamos cuidando de nosotros y de los demás, seamos personas de bondad, amabilidad y nunca dejemos de sanar lo que no rompimos.

GRACIAS X 100

Hola a todas aquellas personas que están leyendo esta columna. Si lo que quieres es leer algún escrito que hice, dale mucho para abajo; en esta voy a dedicársela a todas aquellas personas que me han aportado algo en mi vida.

(Esto es en ámbitos generales y específicos, no va solo para una persona, va para varias, decenas, cientos, miles y millones)

  1. Gracias por darme un hogar
  2. Gracias por ofrecerme un plato de comida
  3. Gracias por dejarme vivir en tu casa
  4. Gracias por mostrarme los errores que no debo cometer
  5. Gracias por quitarme el hábito de morderme las uñas
  6. Gracias por ayudarme a distraerme
  7. Gracias por confiar en mi trabajo
  8. gracias por enseñarme a tomar cerveza
  9. Gracias por abrirme los ojos y saber que no todo amor es correspondido
  10. Gracias por apoyarme en mis proyectos más locos
  11. Gracias por entenderme
  12. Gracias por prestarme tus juegos de Xbox
  13. Gracias por hacerme segunda en mis planes
  14. Gracias por la oportunidad de mostrar mi música
  15. Gracias por darme una familia que yo pueda seleccionar
  16. Gracias por decirme que soy el mejor
  17. Gracias por no bajarte del barco
  18. Gracias por los abrazos
  19. Gracias por cuidarme
  20. Gracias por escucharme
  21. Gracias por preocuparte por mis gatos
  22. Gracias por hacerme saber lo importante que soy para ti
  23. Gracias por expresarme lo orgulloso/a que te hago sentir
  24. Gracias por dejarme ser yo
  25. Gracias por nunca decirme que no
  26. Gracias por dejarme imprimir mis proyectos escolares
  27. Gracias por pagar mis primeras sesiones de terapia
  28. Gracias por venir a verme cuando me enfermé/accidenté
  29. Gracias por felicitarme en mi cumpleaños.
  30. Gracias por compartir mis logros
  31. Gracias por todas las noches que has puesto mi nombre en tus oraciones
  32. Gracias por nunca cobrarme las citas al dentista
  33. Gracias por abrirme las puertas de tu casa
  34. Gracias por preocuparte si llego a mi casa
  35. Gracias por hacerme sentir mejor
  36. Gracias por invitarme cuando no tenía dinero
  37. Gracias por dejarme compartir mis gustos contigo
  38. Gracias por hacerme ver las cosas que hago mal
  39. Gracias por cambiar tus palabras para no hacerme daño
  40. Gracias por tus masajes
  41. Gracias por confiar en mi
  42. Gracias por traerme un presente de tu viaje porque te acordaste de que eso me gustaba
  43. Gracias por tronarme los dedos de los pies
  44. Gracias por pasarme la tarea
  45. Gracias por no sacarme del equipo de exposición
  46. Gracias por tomarme como referencia del cómo hacer las cosas
  47. Gracias por defenderme
  48. Gracias por darme trabajo
  49. gracias por llevarme de viaje
  50. Gracias por los cumplidos
  51. Gracias por tomarte el tiempo de hacerme saber lo que sientes al leer mis textos
  52. Gracias por no minimizar mis problemas
  53. Gracias por tratar de intentar entender mi ansiedad
  54. Gracias por darme mi espacio cuando lo necesito
  55. Gracias por bailar conmigo
  56. Gracias por compartirme de tu tosti trole
  57. Gracias por venderme ese boleto
  58. Gracias por desvelarte hablando conmigo
  59. Gracias por contarme tus problemas
  60. Gracias ser mi amigo/a/e
  61. Gracias por aceptarme como soy
  62. Gracias por preguntar cómo ha estado mi día
  63. Gracias por el cariño sin siquiera conocerme
  64. Gracias por tus buenos comentarios
  65. Gracias por poner la canción que me gusta
  66. Gracias por no juzgarme
  67. Gracias por dejarme usar tu hombro para llorar
  68. Gracias por los descuentos en tu trabajo
  69. Gracias por pensar en mi
  70. Gracias por ayudarme a encontrar mi nueva forma de vestir
  71. Gracias por incluirme en tus planes
  72. Gracias por prestarme dinero
  73. Gracias por acordarte de las cosas importantes
  74. Gracias por guardar el secreto
  75. Gracias por hacerme sentir parte de tu familia
  76. Gracias por decirme que no podía hacer esto
  77. Gracias por alejarte
  78. Gracias por decepcionarme
  79. Gracias por enseñarme que es lo que no quiero
  80. Gracias por despertarme a tiempo
  81. Gracias por el ride
  82. Gracias por dedicarme esa canción
  83. Gracias por usarme
  84. Gracias por aconsejarme
  85. Gracias por jugar conmigo
  86. Gracias por cuidarme en la peda
  87. Gracias por tu lealtad
  88. Gracias por darme tu último cigarro
  89. Gracias por ser una persona autentica
  90. Gracias por hacerme de comer
  91. Gracias por quedarte a dormir
  92. Gracias por seguir adelante
  93. Gracias por los días y las noches que me hiciste soñar
  94. Gracias por tanto
  95. Gracias por tan poco
  96. Gracias por lo que sí
  97. Gracias por lo que no
  98. Gracias por lo que viene
  99. Gracias por lo que fue
  100. Gracias por formar parte de lo que soy ahora, por mucho o por poco, por todas esas enseñanzas y aprendizaje que a lo largo de mi vida has dejado. Por todo lo que han significado, por hacerme saber lo que soy y lo que valgo, por no dejarme caer y por pensar, aunque sea un segundo en mí. Por eso y por todo lo demás, gracias X 100.

El amor de mi vida

Me resulta demasiado raro escribirte, hace mucho tiempo no hablamos y a lo lejos (y no tanto) te he podido observar y me he dado cuenta de lo mucho que te extraño.

Te mentiría si te digo que todos los días te pienso con las mismas ganas, hay veces en las que ni pasas por mí mente y hay otras en las cuales siempre estás ahí. Es muy difícil pasar este proceso, pero sé que todo esto te está ayudando a ser una mejor persona.

El día de hoy, 14 de febrero, quisiera aprovechar esta plataforma para poder decirte las cosas que no te he podido decir en los últimos meses, y lo hago de una manera tan desinteresada que no espero una respuesta tuya, pero el abrir mi corazón por estas fechas tan nostálgicas va a ser de gran ayuda.

Extraño mucho verte sonreír, tu felicidad llenaba cada espacio vacío de la sala, transmitías tanto que hasta la persona más amargada reiría con uno de tus chistes. Recuerdo que me gustaba mucho cuando hacías de comer y mirabas algún video de la televisión.

Echo de menos el ronquido que soltabas al dormir después de un día tan cansado, el convivir con tu familia siempre era una nueva aventura, cada vez que había reunión algo raro pasaba y se guardaba para la siguiente reunión. Extraño los domingos de salir a comer enchiladas y tener que regresar temprano a casa de tanta comida que habías querido, tus ganas de ir al baño y el mal del puerco que siempre te pega.

Me falta tu aura, no importaba que hubiese alrededor, estar dentro de ella me tranquiliza muchísimo, escucharte cuando contabas cosas que te emocionaban eran unas de mis cosas favoritas de ti.

Con el tiempo de fuiste apagando y perdiste algo de brillo, has tenido una vida difícil los últimos años y es muy normal, pero tengo miedo que no vuelvas a ser feliz como lo eras. No me voy a cansar nunca de pensarte y recordarte con esa mirada tan inocente y llena de amor, dejando a un lado tus problemas por ayudar a tu alrededor a pesar de que tu no estuvieras bien.

Quiero decirte que te admiro y te amo, espero pronto verte en tu mejor momento y saber que sigo formando parte de ello. Eres una gran persona, eres especial, eres increíble, eres el amor de mi vida.

De: Mi

Para: Mi

Estoy bien

Gracias por preocuparse por mí, estoy bien, es solo un personaje y pensamientos imaginarios para que lean lo que quieren leer.

Les quiero contar un secreto, esto es mentira.

Yo he tenido una vida muy privilegiada, tengo a mis dos papás con vida, mis abuelitos, me llevo bien con mi hermana, tengo amigos, mascotas y un trabajo que me hace feliz. Jamás me he tenido que preocupar por no tener un plato de comida, tampoco que un día tengan que venir a embargar algo por deudas, vivo decentemente bien. ¿Qué problemas puedo tener?

La constante mentalidad egocéntrica de las personas que piensa “¿qué problemas vas a tener tú?” es tan jodida, porque hay personas que lo tienen todo y están vacías, hay personas afuera que tienen que levantarse a trabajar para poder llevar comida a su casa, gente que explotan en sus trabajos de mierda por más de 10 horas para un salario mínimo.

En el 2020 me di cuenta de la lucha que tendría que enfrentar toda mi vida, la famosa “ansiedad”. Ya sé que no soy el único, pero lo que ustedes no saben es los problemas que me llegó y me sigue dando tener esto. Pero no les vengo hoy a contar los problemas que Hugo Agustín tiene, les vengo a contar porque “siempre estoy bien”.

Resulta ser, que TODOS tenemos una vida; altas, bajas, buenas, malas situaciones y hay que salir adelante. Las temporadas que vivimos a lo largo de nuestra vida con personajes de desarrollo, las buenas rachas con momentos donde sientes que todo está resuelto y aquellos capítulos donde todo está mal. Bueno, la respuesta que doy y estoy seguro que muchos de los que leen esto es la misma que está en el título.

¿Por qué respondo esto? La verdad, es que no les importa. Y no estoy siendo grosero, de hecho, les estoy evitando pasar un momento incómodo. Algo así como cuando estás platicando con tus amigos y alguien menciona la muerte de alguno de sus padres y piensas “vrg”, le das un trago a la cheve y dices “lo siento mucho” y ellos te responden “nah, no te preocupes”, es exactamente lo mismo.

¿De verdad quieres que te cuente como estoy? El problema económico que estoy teniendo, el cansancio de todos los días, el amor que le tengo a alguien con quien ya no estoy, la soledad, mis crisis existenciales, la poca autoestima que llego a tener, mis pensamientos egoístas, los desacuerdos que tengo, mi miedo al futuro… ¿Tienes tiempo y el suficiente interés para escuchar cómo me quejo?

No te culpo si no es así, tienes tus propios problemas como para todavía contarte por posiblemente poco más de una hora los míos para que al final digas “está cabrón, pero hay que echarle ganas. Tú puedes con eso y más” y el día de mañana se te olvidé lo que dije. No vas a solucionar nada de lo que tengo con estar escuchándome.

Reitero, no quiero ofenderte… pero sé que no te importa y está muy bien. Prefiero que te ocupes de terminar la carrera, de llevar a cabo ese emprendimiento que tienes, que entregues los documentos del trabajo pendientes, que vayas y pases tiempo con tu familia. Tienes muchas cosas que hacer y te juro que por el amor al prójimo que te tengo, prefiero que soluciones tus problemas. Y no, no es que no me importe tu vida, tal vez la estés pasando igual de mal que yo, pero tampoco quiero quitarte tu tiempo como para que vengas a contarme tus secretos más profundos solo porque escuchaste un “¿tú cómo estás?” por mera cordialidad.

Esta vida es difícil y siempre lo va a ser, pero tenemos que dejar de buscar excusas, no con que me cuentes tu vida se va a solucionar y no porque te cuente la mía voy a tener menos problemas. Ojalá lleguemos a un punto donde podamos coincidir; un café, una reunión, una peda, un trabajo o en la calle y realmente cuando nos preguntemos “¿Cómo estás? Ambos podamos contestar: “Estoy bien”

Me cansé de perdonarte

Confianza. Comprensión. Valentía. Pendejez.

¿Cuáles son los ingredientes para seguir perdonando? Las faltas de respeto y malas acciones llegan a tener un límite, pero… ¿por qué permitimos que los rebasen? Muy sencillo, esperamos a que no nos fallen, buscamos justificar las cosas que otros hacen por no hacerlo/as quedar como culero/as; claro que lo has hecho.

Ese novio patán que te trata mal, pero siempre les dices a tus amigas que él no es así, esa chava que nada más te utilizó para que le compres cosas y no quieres quedar como pendejo con tus amigos. Queremos mentirles a los demás, cuando todos sabemos que a los únicos que engañamos es a nosotros mismos.

Saben, en las experiencias que he tenido en mis relaciones de pareja y una que otra pasajera, he sido en su mayoría el que perdona y no el que pide perdón. Esto no me hace mejor persona, no soy la víctima y mucho menos trato de decir que ellas tienen la culpa, pero de eso les hablaré en otra columna.

¿Qué significa pedir perdón? San Google dice:

“Perdón es la acción y el resultado de perdonar. Se puede perdonar, entre otras cosas, una ofensa (por ejemplo, un insulto), una pena (cadena perpetua, arresto domiciliario…), una deuda (por ejemplo, económica). También es la indulgencia o la remisión de los pecados.”

Para mí, “perdón” es aceptar el error que otra persona cometió y dejar que esa situación no afecte el futuro. El problema es cuando el “perdón” se vuelve tan constante que deja de tener un impacto de importancia sobre ti. La idea es que después de pedir un perdón la persona cambie esa acción que te pudo lastimar o te hizo sentir mal.

¿De qué sirve un perdón por que te dejaron plantado/a si lo van a seguir haciendo? ¿De qué sirve un perdón por lastimarte si te van a pisar más? ¿De qué sirve un perdón si nunca van a cambiar?

Un perdón es algo tan importante como un “te amo”, es algo tan del corazón que cuando te vuelven a fallar llegas a perder interés, y cuando pierdes el interés… ya no hay vuelta atrás.

Justo hoy que empecé a escribir esta columna, escuché en una batalla de rap la frase “La gente solo pide perdón cuando se siente culpable”. ¿Es algo obvio no? Pero piensen: “¿Cuántas veces me han pedido perdón sin realmente sentirlo?” Les sorprendería cuantas personas lo han hecho.

Lo que pasa es que llegamos a ser tan inocentes o queremos dar vuelta a la situación y así como nos piden perdón por pedirlo, nosotros lo damos por darlo. Se vuelve parte de la rutina y en lugar de aceptar un error que esperamos se corrija, termina siendo, aceptar a las personas hirientes.

Llegué en su tiempo a perdonar muchas cosas y aceptar otras con tal de no batallar, el seguir adelante con una persona e incluso a dejar que me lastimen una y otra vez porque siempre me enseñaron a aceptar disculpas, pero nunca a poner un alto.

Aprendí en el proceso; hoy en día acepto disculpas cuando sé que son las primeras, cuando son cosas sencillas que realmente no me afectaron, pero creo ya me han fallado lo suficiente como para entender que, sí puedo perdonar, pero ya no será lo mismo.

La única persona que me puede pedir perdón siempre, es a la persona que veo en el espejo, con quien me quedo solo en mi cama mirando al techo, con el que platico en mi mente. Porque sé, que esa persona si va a cambiar sus actitudes por mi bien.

Me cansé de que abusen de mi confianza, me cansé de ser siempre el pendejo que deja que le pasen encima, me cansé de permitir que me lastimen, me cansé de no amarme lo suficiente, me cansé de dar más oportunidades. Me cansé de perdonarte.

UN GUSTO DECEPCIONARTE

¿Nacimos con un propósito? ¿Cuál es la razón por la qué estoy aquí? ¿Debo realmente hacer las cosas de la manera “correcta? Hay que deshebrar este queso.

A ver, hay mucha gente que muere por un rato y revive, hay gente que muere joven, y malamente romantizamos todos los finales queriéndole dar una conclusión con un mensaje motivador para justificar la perdida de alguna persona. Esto me hace cuestionarme sobre ¿cuál es mi propósito en esta vida?

Hablemos claros, yo no sé cuál es mi propósito en este mundo. No sé qué voy a hacer mañana, no sé qué voy a comer hoy… ¿Por qué esperan tanto de mí? Conozco alguno que otro “talento” que poseo, el potencial que puedo llegar a tener para unas cosas, la habilidad para algunas otras, ¿pero por qué debo hacer todo para complacer? Piénsenlo un segundo.

A todos nos gusta recibir un “estoy orgulloso/a de ti”, dependiendo de quien lo diga es como tendrá un mejor impacto en nuestras vidas; familia, amigos, pareja, desconocidos. El año pasado recibí ese comentario de mis papás en tiempos diferentes, pero, ¿qué creen? para conseguirlo primero tuve que decepcionarlos.

Ahora que los puse en contexto, agárrense para los crudos párrafos que van a leer a continuación.

A mis extensos 24 años, he hecho muchas cosas de las cuales me siento orgulloso y otras no tanto; amores, amistades, decisiones y mi vida. En mis múltiples facetas he hecho bastantes cosas que me gustan y me hacen feliz.

Jamás fui el mejor en la escuela, de hecho… desde la secundaria reprobaba muchas materias, en la prepa me la pasaba pagando extras (bueno, mis papás), la universidad la dejé a medias porque preferí enfocarme en mi desarrollo social. ¿Una decepción? Pues en la secundaria descubrí que me gustaba el contenido digital y animar, en la prepa quedé campeón con el equipo de futbol y voleibol, en la universidad tuve la mejor calificación de la facultad para el nuevo ingreso… y eso que yo no fui a los cursos. ¿Ahora sí pueden enorgullecerse?

Wey, yo no nací para complacer a nadie. Yo nací para ser yo. No sé si en un futuro tendré mi propia empresa, si trabajaré en una oficina, si viviré debajo de un puente… lo que sí sé, es que haga lo que haga, será mi decisión, porque es mi vida y la voy a vivir como se me pegue la pinche gana.

Que pinche hueva es tener que cumplirles los sueños a otras personas, tener que limitarme a decir lo que quiero por no ofender a los demás, a dejar mis gustos por no decepcionarlos.

Abuelitos, me encantan los tatuajes y las perforaciones y pienso seguir haciéndolo, me siento tan yo con cada uno de ellos.


Papás, me gusta mucho ser una persona laboralmente independiente y poder ganarme mis pesitos con lo que se hacer.


Familia, soy un pinche desmadroso que en cualquier momento saben que voy a salir con alguna pendejada y eso me hace taaaan feliz.


Amigos, soy tan imprudente y me gusta decir las cosas como son, que bueno que no opinemos igual.


Conocidos y desconocidos, les voy a dar un consejo… no esperen nada de mí, no me interesa complacerlos.

Quiero seguir desvelándome, divertirme, que mi cuarto este lleno de pelos de gatos, caerme una y otra vez de la moto, luchar por mis sueños y lo que quiero hacer, empedarme cada que me plazca, perderme en las noches llorando en mi cama, cantar y tocar la guitarra a las 3 de la mañana, enamorarme cada que mi corazón sienta cosas bonitas por alguna chica, ser bien grosero y educado dependiendo la situación, forzarla en las pedas, callarles el hocico a las personas que me critican, pero sobre todas las cosas… quiero seguir siendo yo.

Familia, amigos, conocidos y desconocidos, me llena de emoción poder decirles: Es un gusto decepcionarlos.

No me quiero ir

La vida y el amor son cosas tan complejas, que el simple hecho de pensar en el futuro nos causa mucha ansiedad. A veces intentamos aguantar por nuestra terquedad de que las cosas funcionen, pero como dicen por ahí: “a fuerzas ni los zapatos”.

No busco hacer que dejen de luchar, lo que representa este texto son pensamientos de una persona tan necia que puede llegar a caer en lo ridículo. Agradezco mucho no sentir cringe por mí.

No me quiero ir.  No pienso rendirme tan fácilmente. Este lugar me ha dado y enseñado tanto, volví a tener confianza en mí y volví a ser yo. Sé que las cosas son complicadas, son problemas diferentes que lastiman igual y a pesar de ser doloroso, no me quiero ir.

Siempre he pensado en que debemos luchar por lo que amamos y queremos, y siendo honestos… jamás he pensado en alejarme. No quiero sobre pensar más, tampoco tener bajones emocionales y mucho menos descubrir otro tipo de ansiedad; pero me estoy consumiendo demasiado, al nivel de ser patético. 

Mi corazón es humano, yo también siento y no miento al decir que duele, de esa manera en la que ningún medicamento, droga o práctica lo curen.

A la mierda mi amor propio, a la mierda el “vienen cosas mejores”, a la mierda todo, no me quiero soltar de este poste, no me quiero bajar de este barco, no me quiero quitar del medio de la avenida. ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Mi felicidad no cuenta? ¿Me merezco esto?

Llámenme loco, obsesionado, enfermo. Pero un niño actuaria igual si le quitan su peluche favorito, si le deshaces su rompecabezas, si le rayas su dibujo. Me vale madres ser un adultito de 24, si quiero llorar lo voy a hacer porque me place, porque lo siento, porque pinches quiero.

Mañana quizás sabré que hacer, la próxima semana duele menos, a lo mejor en un mes olvidó todo, tal vez y en 6 meses vuelvo a ser feliz, pero será una felicidad en otra dimensión, funcional, buena, pero no era lo que yo quería, porque yo… no me quería ir.

No te rindas, a menos que sea sano

Que difícil es sanar cuando uno no quiere hacerlo, cuando uno no sabe si seguir o abandonar, lo único que pasa es quedarte varado en la nada mientras los días pasan y todo sigue igual.

Tengo un sobre pensar tan avanzado que veo todos los escenarios donde las cosas pueden salir bien y las que pueden salir mal. Por desgracia, siempre encuentro las cosas negativas. 

No me quiero rendir, no me gusta la idea de abandonar y quedarme con la duda de “¿y si continúo y funciona?” Pero a veces es tan desgastante porque la mente te juega en contra y solo puedes llorar, y llorar, y llorar.

Entendí que, parte de no rendirse es exactamente eso… rendirse. Se que es contradictorio, pero analicémoslo un momento. ¿A qué me estoy rindiendo? ¿A mi tonta idea de que las cosas van a mejorar o a mis principios de estar bien yo?

Rendirse no siempre es de cobardes, solo lo es cuando no quieres batallar e irte por la tangente. A veces el mejor concepto de “ganar” tu lucha interna es golpear la lona más de 3 veces. No está mal decir “ya no puedo, juro que lo intenté pero esto no es sano y me está lastimando” a decir “prefiero ignorar esto que está pasando y que el tiempo me ponga lo que ocupo en charola de plata”.

No sé por lo que estés pasando, pero no te rindas. A menos, que sea lo más sano.

Discúlpate con el espejo

Seamos realistas, queremos encontrar culpas fuera de nosotros y nos frustra no poder adjudicar los problemas en otras personas. ¿Cuál es la verdad? Que los únicos responsables somos nosotros; a pesar de estar solos, con quien más hablamos somos con nosotros mismos. 

“¿Qué voy a comer?, ¿Tengo ropa limpia?, ¿Y si mejor decido otra cosa?” Todo desde nuestra mente, pero jamás con voz en alto. ¿Por qué le tenemos miedo a hablarnos? No lo sé, pero el otro día descubrí que la única persona a quien le hacemos daño directo con nuestras decisiones, es a nosotros mismos.

Me veo al espejo y sonrió, reviso mi outfit, si tengo sucios los dientes e incluso me modelo, desde mi confianza y amor propio, pero nunca me digo cosas bonitas. Lo más cercano a hablarme es a las 2 de la mañana en el espejo del antro donde me digo: “ya estoy pedo”, y aunque sonrió mucho en ese reflejo, jamás demuestro mis sentimientos cuando lloro o pienso cosas que me importan.

Un día dentro de mis miles de crisis existenciales me miré al espejo, lloré y me dije: “Hugo, te quiero pedir perdón por todo lo que estás pasando. Se que no siempre tomo las mejores decisiones y se que te mantengo con una falsa esperanza diciéndote que ‘todo va a estar bien’ cuando no hago nada para cambiarlo. Te pido perdón por no amarte tanto como te lo mereces y te prometo que las cosas las haremos diferente porque me importas y te necesito con vida. Te amo y nuevamente, perdóname por no haber hablado contigo.”

Después de ir a dormir con lágrimas y un dolor en el pecho, desperté con ganas de amarme cada día más. No quería aceptar que me estaba fallando a mi mismo y empecé a cambiar. El día de hoy, me hablo cada que lo siento necesario, me abrazo a mi mismo y sigo adelante.

Este es el primer texto que escribo para esta plataforma y el tomar la decisión de poder expresar lo que siento es parte de mi amor propio, por eso, si estás aquí leyendo esto… gracias. Te invito a que le pidas perdón al espejo y sigas adelante.